8. Una cita como "Satanás" manda.

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¡Estaba tan enfadado! ¡Lawliet llevaba dos putos días sin aparecer por el apartamento! Cualquiera podría pensar que había tenido un terrible accidente, pero era un chupa sangre. Las probabilidades de que hubiese muerto atropellado eran nulas.

Estiró las piernas, arqueando el cuerpo sobre aquella esterilla color gris que Near le había comprado recientemente. Hacer ejercicio lo relajaba y le ayudaba un poco a dejar de pensar en su vampiro idiota. Porque aún no le había pedido perdón desde que lo echase de su despacho como si él fuese una basura o una pelota vieja que había pateado sin remordimiento. ¡Maldito gilipollas!

"Bienvenido a casa, señor"

La voz automática que te saludaba cada vez que ponías un pie en el apartamento le llegó con facilidad a los oídos, a pesar de estar en la sala modificada para albergar un pequeño y completo gimnasio. ¿Sería Lawliet? Tuvo el impulso de salir a recibirlo con un puñetazo, pero se tragaría su furia de la tarde y se haría el indiferente. Si. Eso haría.

No pasaron ni cinco minutos cuando el vampiro entró en la sala, quedándose inmóvil a sus espaldas. Aunque estaban lejos Light casi podía sentir su respiración en la nuca, haciéndole temblar.

―Te lo dije, hermano. Tu estúpido mortal se ha pasado el día seduciéndome ― dijo Beyond, indignado y con aquella voz ronca presa del hambre.

Los miró de reojo, elevando orgulloso la barbilla y volviendo a girar la cabeza hacia el ventanal de la sala, concentrado en sus estiramientos.

―No le hagas caso, Elle. Light solo está haciendo yoga ― Near llegó, salvando la situación y discutiendo con Beyond sobre lo bueno que era ejercitarse de vez en cuando. Pudo escuchar al albino convenciendo al psicópata chupa sangre de que los dejasen a solas.

―Yoga, ¿eh? ― preguntó Lawliet, una vez que volvieron a estar a solas.

Se puso en pie, estirando los brazos y escuchando los pasos el vampiro a sus espaldas. Una parte de él se moría de ganas porque lo tocase, dado que llevaban dos malditos días sin tener contacto entre ellos. La otra, quería estrangularlo y luego atarlo bajo la luz del sol.

―Eres un chico muy violento ―sentenció el vampiro.

―No tendría que hacer yoga sino me pusieses de tan malhumor. Eres odioso y un engreído.

―¿Ah, si? ― rió burlón, acercándose del todo a su mortal y agarrándole la cintura con ambas manos. Con mucha firmeza.

―Has estado dos días fuera... ― bajó la voz, al igual que la cabeza. No quería mostrarse débil ante Lawliet pero le había molestado su indiferencia.

―Lo sé. Estuve en una fiesta y se descontroló ― contestó, de forma sombría. Eso significaba que Lawliet no aceptaría ningún tipo de pregunta acerca de ese evento social.

Asintió, mordiéndose el interior de la mejilla mientras sentía los dedos del vampiro acariciar su cintura. Jadeó cuando la lengua de Lawliet rozó su cuello, concretamente la marca ya cicatrizada en su piel.

―Te queda muy bien.

―¿El qué?

―Llevar mi marca ― dijo, dándole la vuelta de un rápido movimiento. Una de sus manos le agarró el culo, apretando la nalga para enterrar los dedos en la carne. Su nariz le rozó la nuez de adán, disfrutando del aroma de su mortal.

―¡Estoy tan enfadado, Lawliet! Me trataste fatal en el despacho y luego te fuiste. ¡A una fiesta!¡Sin dar explicaciones y dejándome solo aquí!

Virgin Blood (+18) (AU Death Note L x Light / Vampiros / Licántropos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora