cap 3. Neverland.

5.4K 308 27
                                    

Entonces me desperté tirada en unas hojas demasiado verdes para que fueran de Londres. Me levanté despacio y empezé a andar, estaba sola.

-¿John?¿Michael?- gritaba incesante.

Entonces un muchacho cayó de los árboles delante mía, yo brinqué del susto. Una capucha tapaba su cara haciendo sombra en está gracias al Sol.

-¿quién eres? identifícate.- dijo y se quitó la capucha y dejó ver una belleza imnotizante.

- Soy... Wendy... Darling.

-¿y que te trae por aquí?

- me trajo una sombra.

-¿una?- rió- dirás LA sombra.

-supongo- dije dudando- ¿y tú eres..?

- oh, ¿olvidé presentarme?... soy Peter, Peter Pan.

-encantada.

- ¡he muchachos!¡vamos!- gritó mirando a los árboles y de ellos bajaron un grupo de chavales de diferentes estaturas.

-¿nos la llevamos?- preguntó el más alto.

-¿a dónde?- pregunté.

-shh...- me dijo Peter- si- sonrió maliciosamente. Me condujeron a una jaula hecha de palos secos y hojas. Una vez dentro, Peter me cerró.

- no te muevas muñequita- dijo. Moví la puerta de la jaula para intentar salir pero no se abría.

-Peter, no se abre y es de hojas, es... ¿estoy encerrada?

-nunca hagas una jaula de la que no puedas salir- sonrió y se levantó.

-¡exigo hablar con el rey!- él rió.

-no hay Reyes en Nunca Jamás... Sólo estoy yo.- giró sobre si mismo y se fue.

-¡Pan! ¡Ábreme!- me hizo total caso omiso y se sentó en el círculo al rededor de una hoguera que habían hecho él y su pandillita de huérfanos. Peter no paró de mirarme y entonces la sombra le rozó el hombro y "leí en sus labios":

-¿qué haces?- dijo la sombra.

-a veces, las personas que más debemos temer son las más cercanas a nosotras- contestó Peter a la defensiva.

- ¿y a quién tienes tú? bueno, salvo a aquellos cuya lealtad es obligada.- Peter bajó la cabeza- a nadie. -contestó la sombra por él. Peter se quedó pensando y vi tristeza en su rostro. Se acercó a mi y abrió la puerta de la jaula en la que yo estaba arrinconada. Me ofreció la mano y me sacó de la jaula cuando se la di. Me quedé delante suya.

- ¿y mis hermanos?- dije.

-con un simple "gracias" me hubiera bastado...

la verdadera historia de Peter Pan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora