-bien, pues... ¡Esperad! ¿Una historia corta o larga?
-¡larga!- gritó uno.
-el máximo tiempo posible- dijo otro.
-bien, ¿el máximo tiempo posible? Pues tengo que pensar...- pensé unos segundos- ya está! Os contaré una historia en el mundo real, es de amor y de personas humanas.
-que asco.- dijo uno.
-no juzgues sin haberlo oído...- levanté las cejas. Se titula:"Para siempre y cuatro días"
*Flashback:*
-¿somos amigos?-dije sonriendo levemente.
-¡por supuesto! Para siempre y cuatro días.-
*Fin del Flashback*
Cogí mi pañuelo de tela y limpié las lágrimas que por mis mejillas caían incesantes. Aquel sitio frío y lúgubre se había evacuado en cuestión de segundos. Me coloqué la chaqueta negra estirándola hacia delante y guardé mi pañuelo en el bolsillo de aquel traje negro que intentaba simbolizar la tristeza que sentía pero que se quedaba corto. Miré la lápida y volví a leer por sexagésima vez la frase que con letra en cursiva se inscribió en ésta "para siempre y cuatro días". Me dejé caer en la húmeda tierra, mis piernas temblorosas ya no aguantaban más el peso de mi cuerpo.
-¿por qué a ti? ¿Por qué a mi?- pregunte desesperado sin obtener respuesta.
Saqué de mi bolsillo una pequeña flor roja como la sangre y la deposité con cuidado en la tierra. Comencé a caminar despacio e inseguro mientras pensaba en el trágico accidente del que yo había salido ileso pero mi pobre amigo Marc se había llevado todo el golpe. Lo recordaba perfectamente, el coche estaba inundado completamente por música rock que sólo él sabía cantar mientras marcaba el ritmo dando golpecitos en el volante con el dedo gordo, yo le miré sonriente y desvié la mirada de nuevo hacia la carretera un gato se cruzó y volcamos. Mala suerte pensarán algunos, era su día pensarán otros. Yo prefiero pensar eso, que había llegado su hora, que debía cruzar la línea y que allí le esperaba un mundo mejor en el que me esperaría con los brazos abiertos a que llegara mi hora.
Como de costumbre, metí la llave azul en la cerradura y empujé la puerta, dejé las llaves en el descansillo de mi casa, me quité la chaqueta y la dejé en el perchero, empujé la puntera de mi zapato derecho contra el talón izquierdo y me quité los elegantes zapatos de ese modo. Me tiré en el sillón y me aflojé el nudo de la corbata. Me quedé allí quieto, como una momia, pensativo.
- ¿a qué narices esperas tío?- oí una voz que retumbó fuerte en mis oídos e hizo que me sentara en el sillón de golpe.- ¿que? Tienes que bajar a por leche, no queda.-me froté los ojos una, dos y tres veces. Era... Era Marc, sentado en el sillón colocado delante mía.
- que... ¿Que haces aquí? Estás muerto.
Él rió sarcástico.
-para siempre y cuatro días, ¿recuerdas? Cría que todo había acabado, una luz no me dejaba ver y entonces una voz en Off dijo "aún no".-dijo jugando con el mando de la televisión.
-pero yo enterré tu cadáver -dije confuso- hace.. ¡Hace unos minutos!
-¡no me seas marica Josh!
-no, soy realista.-contesté a la defensiva.
-eres un marica, vamos, me apetece dar una vuelta.-Mi cerebro era incapaz de procesar lo que mis ojos captaban.- ¿vienes o no?
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la verdadera historia de Peter Pan.
FantasyMe apuesto el cuello a que todos conocéis el típico cuento de Peter Pan que recordabais cuando teníais miedo o que os contaban antes de ir a dormir. Estoy segura que más de una ha soñado con que el apuesto Peter os llevaba a Nunca Jamás y erais feli...