-no te irás.
-si, encontraré una salida.
-no hay salida en Nunca Jamás.
-mentira- le contesté a Peter dolida.
-verdad- se acercó a mi y susurró- nadie sale de esta isla sin mi permiso.
Enmudecí. ¿Realmente estaba atrapada allí? Quitando lo responsable que yo era hubiera pensado: "¡este lugar es genial! ¡Haces lo que quieres, los niños no envejecen y todo se cumple!" Pero no. Pensé en mi padre, mi madre, mi perrita Nana... No podíamos quedarnos.
-¿quieres ir de paseo?- propuso Peter- hay un lugar especial que quiero mostrarte.
-¿cuál?
-es una sorpresa,
Me tapó los ojos hasta que lo único que veía era oscuridad y manchas de colores de vez en cuando que alegraban mi oscura visión. Me apretaba los ojos fuerte, no debía controlar su fuerza tal que un niño.
-ahora estamos en el punto más alto- me destapó los ojos- ¿esto? Es Nunca Jamás.- me susurró en el oído.
Lo primero que sentí fue una corriente de sentimientos confusos recorrer cada arteria, vena y músculo de mi cuerpo, luego me fijé en el paisaje, un preciosismo paisaje, todo lo que un niño pueda desear, eso superaba cualquier expectativa, superaba las líneas de lo que tú puedas llegar a imaginar. Estábamos en un acantilado y, de repente, Peter estaba de espaldas a Nunca Jamás y mirándome.
-es precioso...- dije casi sin palabras.
-lo se- rió.
- Peter...- hice una pausa- te oí hablar con la sombra y... ¿Los niños perdidos están obligados a quedarse?
-¡NO!- gritó cortamente
-Peter...- di un paso hacia delante y él hacia atrás.- yo creo en ti.- seguimos dando pasos hasta que el acantilado de terminó y vi a Peter desplomarse. El corazón se me paró y corrí a asomarme a aquella enorme roca. Ni las palabras salían de mi garganta, se quedaban en mi mente, sabiendo que decir sin poder decirlo. ¿Me entendéis?
-era demasiado guapo para morir- oí desde atrás. Me di la vuelta y vi a Peter.
-¡miserable! ¿Tu sabes el susto que me he dado?- él rió- y... ¿Vuelas?
-¡por diós!- exclamó- ¿respiro?
-lo dices como si fuera evidente.
-si no lo fuea, estaría hecho trizas, pues, debo admitir que hubiera sido emocionante.
-¿morir?- hizo una mueca dándome a entender que no lo entendía.
-y no necesito a nadie que crea en mi.
-si lo necesitas.
-no.
-pues en ese caso me voy.
-¡no!- me gritó y le miré asombrada, era un muchacho inseguro e inconformista.- no os iréis. No queréis que dañe a vuestros padres, ¿no?- empezó a andar hacia atrás.
-Peter...- susurré.
-¡no! ¡déjame!- empezó a levitar. Encontraré la manera de que te quedes.
- Peter no hagas daño a mis padres.- respiró fuerte mientras apretaba los labios, miró hacia arriba y desapareció, volando. Corrí detrás de él pues no sabía volver y de vez en cuando pedía que bajará de velocidad pero de nuevo, yo era invisible.
Cuando llegué John y Michael me abrazaron.
-¿dónde has estado?- dijo Michael- estos chicos son muy agradables, pero a veces, me dan miedo- yo reí.
-he visto Nunca Jamás.- dije- en dos días como mucho, nos vamos. No se puede enterar nadie.
-¡no! Yo no me voy- dijo Michael.
-sh...- le ordenó a John.- que no se pueden enterar...
-¿de qué?- todos nos giramos y vimos a Peter de brazos cruzados con los niños perdidos.
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la verdadera historia de Peter Pan.
FantasyMe apuesto el cuello a que todos conocéis el típico cuento de Peter Pan que recordabais cuando teníais miedo o que os contaban antes de ir a dormir. Estoy segura que más de una ha soñado con que el apuesto Peter os llevaba a Nunca Jamás y erais feli...