Emprendimos un viaje de preciosas vistas y muuuucha vegetación.
- a partir de aquí debes ir sola... Yo no puedo pasar- dijo Peter.
- está bien.- respondí.- debes seguir recto y... Ya. Bueno, luego nos vemos.
- hasta luego pues...- sonreí y cuando avanzó un poco le empecé a seguir hasta que llegué a un sitio escondido y con tan sólo un circulito sin arbustos y me refugié detrás de uno antes de pasar a dónde estaba Peter y... ¿Un niño? Aparentemente un niño de la edad de Michael, sólo que se le cambiaban los ojos de rojo a azul y así sucesivamente... El muchacho estaba tirado en el suelo y Peter de pies a su lado.
- ¿quién eres?
- Will... De Noruega.
- ¡y una mierda! ¿Quién eres realmente?
-Will... De Noruega.
- no me mientas.
- no lo hago- Peter le pisó fuerte la mano y El Niño gritó.
- ¿Qué quieres?
- Will... De Norue-rue-ru...No se dónde están mis padres...
- já!- rió Peter.- y...- dijo triste.- ¿¿crees que yo si??
Levantó fuerte la empuñadura de su espada y se la clavó con fuerza y velozmente al niño en el corazón, sin ninguna dificultad ni cargo de conciencia. Me tapé la boca y salí corriendo sin importar me me hubiera oído. Cuando estaba lo suficientemente alejada, planté la bellota de oro, me ensucié las manos y la ropa de tierra. Guardé y silencio y esperé a Garfio.
- veo que ya lo has visto, ¿cierto?
- es maquiavélico, un demonio. ¡Ha matado a un niño! ¿Quién podría hacer eso?
- él.- dijo Garfio.- venga muchacha, llévame hasta él.
Me quedé pensativa, no estaba segura, pero no sabía con certeza que iba a hacerle... No sabía si quería matarle que era lo menos probable ya que está historia era como un vuelco completo a la de verdad.
- no le hará daño ¿cierto?
- ni tocarle un pelo de esa melenita que tanto te atrae...
- ¡eso no es cierto!
- primera fase: negación...- empezó a andar.
- ¿a dónde vas? Todavía no te lo he dicho...
- te he leído la mente preciosa... Soy poderoso aún que Peter me supere...- me quedé perpleja si os soy sincera. Esperé un rató, y otro más y otro más... Y otro... Esperé un buueeeeeeeen rato. De repente Peter vino corriendo y con cortes en la cara y brazos.
-¡Peter!
- ¡déjame en paz!- dijo esquivándome y dirigiéndose hacia la casa del árbol.
-¡Peter!- empecé a correr detrás de él.
- ¡olvídate de mi Wendy!- ¿Ol-olvidarme de él...? Ojalá pudira.
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la verdadera historia de Peter Pan.
FantasíaMe apuesto el cuello a que todos conocéis el típico cuento de Peter Pan que recordabais cuando teníais miedo o que os contaban antes de ir a dormir. Estoy segura que más de una ha soñado con que el apuesto Peter os llevaba a Nunca Jamás y erais feli...