Capitulo 28. El triste adiós...

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-gracias...-agarré el cacharro y me di la vuelta.

-Wendy!, jamás te he podido apartar de mi mente desde la primera vez que te vi en Londres. Ni un sólo segundo.-me giré despacio.

-¿eso es realmente cierto?-me giré aún sabiendo que al tirarme estaría expuesta al hechizo que el ponia sobré mi. Él agachó la cabeza, se chupó los labios y me miró. pud jurar en ese momento que había muerto.

-podemos empezar y hacer una vida como tú siempre quisiste... Juntos...

-eso suena precioso, Pan, pero no puedo, debes entender que tengo muchas ganas de ver a mi familia, John, Michael... Pero juro que siempre tendrás una madre; puedes venir a verme siempre que quieras.

-Wendy, es que no quiero una madre...

-y que quieres?

-ya te he dicho y te repetiré que te quiero a ti, SÓLO A TI.- respiré hondo. me había llegado al corazón, me encantaba ese simple "sólo a ti" tres simples palabras dichas en el momento exacto por la persona exacta.

-me lo pones muy difícil, Pan...- parecía pensando se muy bien lo que diría a continuación.

-¿quieres que te lo ponga más fácil?

-si- admití.

-vete...-se arrepintió de haber dicho esa palabra y maldijo sin decir una plabara cada una de las letras.

-pero Peter...- le corté

-vete...- me cortó.-casi puedo ver a tus padres buscándote porque te quieren y agua hermanos sufrir porque les falta una melodiosa voz que les endulce las noches con una historia en la que Peter Pan nunca pierde...-sonreí- y lo llevan esperando años, Wendy... Ve con ellos y aprovecha que los tienes mas un día les echarás en falta...

-gracias...-musité sin aliento a penas...- Peter, podré volver?

- lo dudo señora mía...

Entristezí. Demasiados recuerdos invadían mi mente.

-Peter, ven conmigo.

-e ir al colegio?

-así es.

-y a trabajar...

-claro.

-y todo para ser un hombre sin ilusiones al cual lo máximo que le puede llegar a preocupar sean las canas que muestran que el tiempo pasa...

-supongo.. Pero no lo ves? Tendrías un buen futuro...

-es imposible ver el futuro en un lugar en el cual el tiempo se detiene... -supiró hondo.- no quiero ir al colegio ni verme asquerosas canas blancas en el pelo... Nadie me atrapará princesa mía y hará de mi un hombre... Quiero ser siempre joven y divertirme.

A lo mejor pensaba eso pero sin darse cuenta que posiblemente sería la mayor de sus pesadillas.

-pero Peter...

-adiós Wendy, hasta siempre..-contení mis lágrimas.

-segunda estrella a la derecha y recto hasta el amanecer, ¿verdad?

-exacto, novata.- sonrió y se agarró orgulloso el cinturón del pantalón.- te echaré de menos...

-yo también a ti muchacho.

"Hasta siempre, Peter" lo pensé, no lo dije, por el acompañamiento que seguía a esa frase el cual era "te quiero". Se acercó a mi, me quitó el cacharrito y me hecho por encima el polvo de hadas.

-piensa en cosas bonitas...- me susurró.

Entonces pensé en él. Empecé a levitar pero Peter me impidió levitar más alto agarrándome de la mano.

-Wendy, no me olvides.

-¿qué? No, NUNCA JAMÁS, Peter.

Sonrió y me soltó de la mano a regañadientes. Agitó la mano para despedirse y luego se agarró el pelo con aire de desesperación.

Sonaba loco, ERA una locura, qué diría al llegar a casa? "Hola mamá, espero que no me hayas esperado despierta, vengo de Nunca Jamás :)" no podía decir eso... Y aquí estaba yo, volando hacia Londres, hacia una calle en la que había una casa, la única casa que tenía una estrella de cinco palos unidos por un mismo punto grabado en el marco de la puerta principal. Lo puse ahí de pequeña para siempre saber cual era mi casa ya que todas eran iguales. Luego llegó John, era muy feo de pequeño y pensar eso me hizo reír. Luego apareció Michael, tan aparentemente angelical... Y más tarde me pidieron contar historias de un personaje ficticio que luego era real, me he enamorado de él, no le volveré a ver lo que me ha llevado a estar volando, VOLANDO, hacia Londres, hacia una calle en la que estaba LA ÚNICA casa con una estrella en el marco de la puerta principal... Volaba aparentemente segura pero sin saber el camino... La vida es una locura y creo que lo mejor que hay son las locuras y mejor aún vivirlas... Pensaba todo esto mientras volaba dejándome llevar de vuelta a casa.

"-te dejaré ir...

-si?- dije emocionada.

-no.- rió.- te quedarás aquí conmigo, siempre."

Ese siempre retumbó en mi mente... Pobre Peter, ¿quién te diría que tu siempre duraría menos que un siglo?

la verdadera historia de Peter Pan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora