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Louis llegó a la respectiva casa donde trabajaba, al llegar el pequeño Noah lo recibió con un cálido abrazo, Chealsea, madre del niño estaba por irse, como siempre hacía, le dió las llaves al castaño, saludó a Noah y salió de aquel lugar.
Louis hizo lo de siempre, primero le dió un baño al pequeño y luego lo sentó en el sofá frente al televisor para empezar a cocinar. En cuanto terminó, acomodó la mesa y llamó al niño para almorzar, éste con gusto cedió y comió todo, era un niño muy obediente y eso ayudaba a hacer su trabajo.

Pasaron las horas y Chelsea llegó con una cara no muy agradable, Louis se preocupó.
-Vé a tu habitación, en un rato voy y jugaremos juntos- le dijo a Noah, este último asintió y corrió a su habitación.
-¿Qué sucede Chel?- cuestionó
-Louis, yo... Perdón, no puedo seguir pagándote, tendrás que dejar de cuidar a Noah.
-¿Qué? No, porfavor, tú y ese niño son lo único que puede ayudarme, a mí y a mi familia, lo sabes Chelsea!- dijo el castaño
-Perdón Louis, realmente yo... - se había quedado sin palabras.
-Lo entiendo, gracias de todas maneras, voy a despedirme del niño y le diré que mañana vendré también.
Y así fué, se dirigió hacia la habitación de Noah y le mintió, no habría otra forma. Luego, se despidió de Chelsea y le dió las gracias.

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Louis caminaba por las frías calles de Londres camino a casa, con la cabeza gacha y buscando una solución ante gran problema. No quería tener que contarselo a su familia, se pondrían tristes y se alterarían, optó por mentir; nuevamente.

Llegó a su casa con una sonrisa fingida, saludó a sus hermanas y fué hacia la pequeña cocina donde se encontraba Jay, ésta le preguntó lo habitual -¿cómo te fué, cariño?
-bien mamá, gracias.- respondió y fué a la habitación compartida.

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-Estoy tan harto de todo, ya no aguanto esta maldita casa- gritó el rizado.
Harry se encontraba boca bajo en su cama, la noche anterior se había ido de fiesta y la resaca estaba atacandolo, como solía pasarle. Se levantó y fué directamente al baño, lanzó todo lo que pudo y se enjuagó la boca con brusquedad, decidió que tomarse un baño sería lo mejor, continuaba mareado y eso podría ayudarlo.
Entró en la ducha y se duchó con agua helada y luego salió con la toalla en su cadera.
Se dirigió hacia la cocina para comer algo y se encontró con un desastre infernal; muchísimos platos, vasos y cubiertos sucios, el piso estaba hecho un mugrerío y por alguna obvia razón habían botellas de vodka a medio tomar por todos lados.
Pensó en limpiar por varios minutos, pero decidió que él no sería nadie para tener que limpiar u ordenar todo ese lío, asique colocó un aviso por internet y éste, por supuesto salió en el diario: "Se busca persona apta para limpiar diariamente apartamento."

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