III

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Louis se despertó otra vez entusiasmado, moría de nervios, pero nada podría detenerlo. Bostezó, se estiró y de una vez se levantó. Bebió un vaso con agua y así arrancó su día.
Caminó, caminó y caminó hasta llegar a la dirección que su madre le había dado, en cuanto llegó se llevó una gran sorpresa, era el mismo apartamento que había ido el día anterior. Respiró hondo e hizo sonar el timbre. Nadie salió.
Volvió a tocar el timbre y se asombró al ver a un joven alto, con su cabello rizado y una tez blanca, una hermosa tez.
-¿Qué quieres?- dijo Harry
-Y-yo vengo por el aviso que salió en el periódico- respondió
-Ah. Tú hiciste sonar mi maldito timbre ayer?-
-Sí, es que me he quedado sin empleo y de verdad necesito esto-
-No me interesa cuánto lo necesites, sólo dime, ¿sabés cocinar?, ¿limpias?-
-No pensé que había que cocinar, pe-pero lo haré si eso es lo que deseas, haré todo lo que desees- dijo él
-Primero que nada, no te atrevas a volver a dirigirte hacia mi persona de esa manera, recuerda que sólo eres una persona sin empleo y que te estás arrastrando por un poco de dinero-
Louis apretó el puño, realmente le dolían esas palabras, pero nada podría hacer, Harry tenía razón, no tenía nada más que ese empleo y no haría nada para perderlo, tendría que aprovecharlo al cien por ciento.
-Bien. ¿cuándo empiezo?-
-ya mismo si te es posible, entra, ven-
Los dos entraron al lujoso lugar, Louis estaba nervioso, pero sin duda alguna podría soportar cualquier cosa, todo sea por su familia.
-Aquí están las cosas de limpieza- le señaló un pequeño cuarto con artículos de limpieza. -empieza por limpiar y ordenar la cocina, es un verdadero desastre, y que no se te ocurra desperdiciar ni un sólo momento de tu tiempo laboral- objetó el rizado
-No lo haré.-

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Harry se encontraba en el living de su apartamento jugando videojuegos, cuando pide a gritos -¡Tráeme algo de comer ya!-
Louis llegó hasta donde éste se encontraba y lo miró, esperando una orden.
-¿Qué haces ahí? Te pedí que me traigas algo de comer, ahora mismo-
-Q-qué deseas?- dijo un tembloroso Louis
-Cocina algo para mí, quiero conocer tus habilidades en la cocina, tráeme carnes, salchicas, pollo para ser más objetivo ¿sabes hacer?-
-Sí.-
-bien, porque eso es lo que deseo, vete-

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El castaño no podía creer cómo podía estar en un lugar así, no iba a aguantar nada si seguía con esos pensamientos. Cocinó en silencio y le sirvió la comida en el comedor; Pollo al horno relleno de quezo mozzarella, envuelto en jamón de parma y un poco de puré de papas cacero. Harry lo miró de arriba a abajo y comenzó a comer.
Terminó de comer y le agradeció secamente, luego se dirigió al living para seguir con lo suyo.
Louis limpió lo que el rizado había ensuciado y siguió limpiando lo demás.

-Terminé- le dijo al más alto en cuanto culminó con su labor.
-Bien, me gusta como trabajas, y si vienes mañana mejor para los dos-
-Lo haré, gracias-
Harry le dió su paga y Louis se retiró de aquel lugar.

-

El castaño llegó a su casa con una sonrisa no tan fingida y fué directamente con Jay, le contó lo sucedido y ella se emocionó mucho.
Louis durmió perfectamente esa noche y ya estaba preparándose mentalmente para el día siguiente.

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