VI

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Un mes entero había pasado, absolutamente todo seguía igual. Harry con su mal humor y Louis obedeciendo sus órdenes, las miradas nunca desaparecieron, simplemente hacían como si nada hubiera pasado y seguían en lo suyo.

Esa mañana Louis se encontraba un poco enfermo, los últimos días habían sido muy fríos y su casa no estaba nada preparada para soportar tal situación.

Ya se encontraba en la puerta de su trabajo, tocó el timbre y vió salir a un Harry excesivamente arreglado, es decir, tenía su cabello perfectamente peinado hacia atrás, llevaba unos skinny jeans y una camisa color azul marino, pero como siempre, estaba descalzo, asique se dió cuenta que no iría a ningún lado, le pareció raro, pero se lo guardó.
-Hey, te estuve esperando, pasa- dijo el más alto.
-¿Me esperabas Harry?-
-Claro, mmm, necesito que ordenes m-mi habitación- se excusó
-oh, bien.-

Louis y Harry fueron a la habitación del último, éste le indicó lo que tenía que hacer y el castaño sólo asintió.
-No hay problema, no tardaré mucho-
-Perfecto-
...
-¿Harry?-
-¿hmm?-
-¿no irás a otra habitación?-
-oh, no, quiero ver qué tan bueno eres en la cama-
-¿qué?- dijo un sorprendido Louis.
-Q-que quiero ver com-mo ordenas mi cama, Lou. ¿Puedo decirte así, verdad?-
Louis abrió los ojos en una manera excesiva.
-S-sí, dime como tú quieras.-
-bien, pero igual me quedaré aquí-
-Sí.-

-

El pequeño moría de vergüenza cada vez que se tenía que agachar a recoger algo, y Harry disfrutaba eso, cada dos pasos que hacía, le pedía que le alcance algo y así poder disfrutar de una maravillosa vista.

-Bien, hmm, creo que terminé- dijo ahora Lou.
-¿Ya te irás?- cuestionó Harry.
-Sí, es lo que me toca.-
-Lou, mañana no quiero que vengas.-
-¿por qué dices eso?- preguntó
-Mañana no quiero que vengas a trabajar, ven a almorzar conmigo.-
Quedó perplejo.
-H-Harry per- el más alto lo interrumpió. -¡Te pagaré Louis!-
-¿Qué?, ¿me pagarás por comer contigo?-
-Haré lo que sea por pasar un rato contigo fuera de lo laboral.-
-Es que, no es lo adecuado Har- lo volvió a interrumpir. -¡Es una orden Louis, dijiste que harías lo que desee, pues hazlo!- demandó. -Lo haré, vendré temprano.-
-Bien, te esperaré.- finalizó.

Una pequeña sonrisa se apareció en la cara de Louis, sin darse cuenta que las mejillas de Harry se habían tornado a un rojizo apenas notable.

Harry y Louis durmieron felices esa noche, las ansias crecían cada minuto que pasaba.

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