XXIII

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–¡Ya basta Louis! Siempre sales con la misma excusa, ¿sabes qué? Puedes irte con él, has lo que quieras, pero no me vuelves a engañar, dime la verdad, ¿te le andas de zorra a Liam?– Harry le gritaba al menor alterado, el último sólo mantenía gacha la cabeza y aguantaba el llanto, pero mucho no duraría esa acción.

–N-no es así, Hazz... Déjame decirte como son las cosas. – suplicaba indefenso.

–Tú y yo sabemos perfectamente como son las cosas... Te amo Louis, de eso no tienes dudas, ¿verdad?

–Claro que no.

–Entonces dime la verdad, ya es hora.

–Bien. –suspiró rendido. –Liam y yo... Estamos en pareja hace muchísimo tiempo, incluso antes de conocerte. Y-yo realmente llegué hasta aquí por falta de dinero, pero cuando le conté que a tí te sobraba él enseguida ideó un plan para conseguirlo más rápido y así poder ser felices. Liam te odia, tú me trataste de la peor manera en cuanto llegué y eso nos perturba la cabeza, asique fué una buena excusa también. Ya me casé contigo y era todo lo que queríamos conseguir; tu dinero. Tú lo sabías desde un principio, ¿no es así? Pero esto llegó a su fin. Te he tomado mucho cariño, realmente no miento cuando se trata de mis sentimientos, pero Liam es la persona que más amo en esta vida y la persona con la que quisiera terminarla, tú sólo ayudaste a cumplir. Nos iremos a vivir juntos y haremos la vida deseada desde un principio. En una semana empezaré con los papeles de divorcio, todas tus mitades me pertenecen una vez separados, incluso tu corazón.
Te deseo lo mejor porque te lo mereces, y ojalá algún día encuentres a alguien que te ame como tú me has amado. Suerte en eso Hazz. – dijo sincero.

El mayor se quedó en shock, lágrimas brotaban por sus mejillas, ardían.
Nunca se le había pasado por la cabeza tal traición, Louis, su Louis, su pequeño, el niño indefenso que necesitaba ser protegido. Tomó asiento y cubrió su cara con las palmas de sus manos, trataba de contener su llanto y comprender qué era lo que estaba pasando. Él lo amaba, estaba seguro, Louis era el amor de su vida y nunca iba a cambiar, ¿qué estaba ocurriendo con él? ¿tan estúpido fué al caer en una trampa tan simple? Fácil; se enamoró.
El castaño lo observaba desde una esquina de la habitación, nunca se imaginó esa reacción del rizado, siempre fué el fuerte de la relación, siempre lo protegió de todo y sin embargo ahí estaba, desecho por su culpa.

–Hazz... – habló nuevamente. No consiguió respuesta.

–¡¿Por qué?! ¡¿por qué lo has hecho?! ¡Yo te amaba Louis, lo hago!

–B-basta, entiende.

–¡Claro que no entiendo! ¿cómo te sentirías si Liam te hiciera lo que tú me has hecho?

–N-no sé.

–¡Contesta maldito seas! – su mano golpeó la mejilla del más bajo. Ahora Louis también lloraba, no podía creer tener que estar pasando por tal situación.

–Me iré. Soportalo. –Habló dando la última palabra casi hipando.

–Puedes pudrirte en el infierno, ambos lo harán, y esto no quedará asi Tomlinson.

–Si si, como tú lo digas. El sábado te llegará el papeleo y espero no tardes en firmar todo porque no quiero tener que volver a verte a la cara. – aclaró su garganta y salió triunfando.



Harry se pasó toda la noche llorando, ahora el dolor era real; no tenía a nadie en su vida.

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