XXIII

275 27 8
                                    

–Louis... Vuelve porfavor, no aguantaré un día más sin tí. –hablaba Harry entre llanto.
Había pasado una semana desde que su pequeño lo abandonó y no dejaba de dejarle mensajes por más que Louis no atendiera, lo que no sabía era que el castaño ya estaba rehaciendo su vida junto a Liam, y cansado de recibir tantas llamadas decidió cambiar su número.

Harry estaba entrando en un estado mental irreconocible, él no era así y si hubiera sabido que Louis era tan mala persona como él; jamás lo hubiera dejado entrar en su casa, ni mucho menos en su vida.

-

–Me gusta mucho ese color, ¿qué dices amor? –habló Liam dirigiéndose a Louis.

–S-si claro, está bien por mí.

–¿Qué ocurre?

–Nada Li, no te preocupes.

–Me preocupo porque tú lo haces...Ya, dime.
–Yo... No tengo idea de cómo se encuentra Harry, no es que lo siga queriendo pero me preocupa su vida.

–Uf, ya. Vé a verlo.

–¿Qué?

–Que vayas a verlo, si eso va a despreocuparte es lo que deberías hacer.

–No iré si no quieres. –mencionó acercándose a su amado.

–Quiero que seamos felices. Y tú eres mi felicidad, asique básicamente si no te sacas la mochila de encima jamás podremos serlo. Te amo Lou. –lo atrajo hacia asimismo y depositó un corto beso sobre los labios del menor.

–Te amo cariño.




-



Louis ya se encontraba en aquella casa que miles de recuerdos le traía, dudó en tocar timbre pero al fin y al cabo lo hizo.
Harry salió, lo encontró de sorpresa, sus ojos ya no eran relucientes, ojeras habían debajo de éstos, sus rizos se encontraban todos despeinados y era obvio que había estado llorando.

–¿Qué quieres aquí?

–Sólo vine a verte... A ver cómo te encontrabas.

–Pues así como me ves. –levantó los hombros.

–¿Podemos hablar?

–Pasa.


-

–Esto es un basurero Harry, ¿qué te pasó?

–Tú me has pasado.

–Hmm ya.

–¿De qué querías hablar?

–De nosotros.

–Eso ya no existe. Ni para tí ni para mí.

–Sólo quiero verte bien.

–Contigo estaba bien.

–Tú lo hiciste más fácil, ¡te enamoraste de alguien que acababas de conocer!

–¡Eso no tiene nada que ver, Louis!

–¡Claro que sí, ni siquiera me conocías lo suficiente! ¿Creíste que alguien como yo podría enamorarse de alguien como tú? ¡Pues claro que no!

–¿Para esto viniste hasta aquí? –agachó la cabeza. –¿Para torturarme con tus locuras? ¿Qué hay de malo si me enamoré? Yo me siento un imbécil, pero prefiero sentirme así a que tener que sentirme culpable por dañar a la persona que más amor me dió.

–No me siento culpable. Y tú no fuiste esa persona.

–¿Estás seguro? –Se acercó hacia él hasta llegar a rozar sus narices.

–¡Claro que lo estoy! ¡completamente! –el menor lo empujó lejos de su cuerpo. Harry chocó contra la pared de aquella •ahora• oscura habitación.

–¡Te amo Lou! ¡te amo con locura, vuelve conmigo y te prometeré jamás hacerte enojar, ya no habrán discusiones, podrás hacer lo que quieras y tendras toda la libertad del mundo, te mantendré y te daré todo lo que me pidas! Solo quédate... –para éste instante ya se encontraba de rodillas en el piso, rogando.  –¡Ten misericordia!

–Claro que no lo haré, ya no caeré. Mañana Liam vendrá con nuestro abogado para que firmes los papeles de divorcio. Espero puedas olvidarme.

–¡No lo haré!

–Lo harás, y te daré las razones para hacerlo.



-



–Mamá... No estés así, terminé con él porque realmente sentía que nuestra relación no daba para más.

–Te veía tan feliz. A ambos. No lo entiendo Lou.

–Me agoté, ¿sí? Pero todo estará bien, tú me dijiste que aguante y eso hice, pero ahora yo seguiré mi camino y Harry el suyo.

–Bien cariño, si tu felicidad es estar solo, también es la mía, ¿lo sabes?

–Hablando de eso...

–¿Qué?, ¿Dónde has estado viviendo Louis?, ¿con quién?

–Con Liam.

–¿¡qué!?

–Estoy con él ahora.

–¿Lo quieres?

–Claro.

–¿Qué hay de Harry?

–Él ya es pasado, no pertenece a mi presente y mucho menos a mi futuro. No te preocupes.

–Bien, te amo.

–También yo mamá. Debo irme. Saluda a las niñas por mí.

–Lo haré cariño.


_


–¿Harry? Cariño, soy Jay, ¿cómo te encuentras? Te llamo desde el teléfono de Lottie, quiero verte, necesito hablar contigo, ¿Qué te parece si vienes mañana por la tarde?











MisericordiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora