II

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Louis no durmió, simplemente se quedó toda la noche pensando y buscando una solución, todo se le había salido de las manos de un día a otro y ya no sabía qué hacer.
Se levantó, mordió un trozo del pan que había quedado del día anterior, trató de no hacer ruido y salió de su casa sin más que hacer ni pensar.
Eran las ocho de la mañana cuando fué a sentarse a un banco en el medio de la plaza, casualmente abajo de éste había un periódico, estaba algo humedecido, pero qué más daba, lo recogió y comenzó a leer las noticias, se sorprendió mucho al ver la imagen de una niña con el título "La violó, la mató y la tiró a un río", su corazón se estremeció al pensar que la niña tendría la edad de Phoebe o Daisy. Siguió leyendo y hasta al final vió la página donde habían anuncios, entre ellos resaltaba uno en particular; "Se busca persona apta para limpiar diariamente apartamento".

La emoción que sentía era indescriptible, sentía ansias, y nervios al mismo tiempo. En cuanto terminó de leer el aviso inmediatamente se levantó y fué en busca de la dirección que había leído, le tomó unos veinte minutos llegar y cuando menos se lo esperaba, ya estaba fuera del lujoso apartamento, tocando el timbre...
Pero nada pasó, esperó y volvió a hacer sonar el timbre, una vez más lo intentó, pero nadie salió.

La angustia lo invadió nuevamente, había fracasado otra vez y en unas horas tendría que volver a casa, con la peor noticia, tenía las manos vacías y se había quedado sin empleo.

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Harry se encontraba en su cómodo colchón, abrigado hasta la nuca cuando escuchó sonar el maldito timbre, hizo oídos sordos y siguió durmiendo, nada ni nadie podía despertarlo de su maravilloso y atrapante sueño... Pero para su mala suerte, se escuchó sonar el timbre nuevamente, sólo optó por taparse hasta la cabeza y seguir durmiendo.
Y así fué, el rizado se despertó a las once a.m y se levantó a las doce, ni siquiera se molestó en ver el estado de la cocina, no quería estresarse. Llamó al delivery y encargó pizza, como comunmente hacía.

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El castaño iba camino a casa, con las palabras en la garganta y sus hermosos ojos estaban cristalizados, no había salida.
Llegó a su acogedora casa y sus hermanas lo recibieron con brazos abiertos como de costumbre, él no tuvo tiempo para devolverles el abrazo, asique se dirigió a la habitación, iba a contarle lo que sucedía a su madre.
-Hola mamá- dijo, sin ánimos
-Louis, cariño, que bueno que haz llegado, Katy, nuestra vecina me ha dado una dirección, dijo que es de un apartamento que necesita de limpieza y hasta parece ser que tiene buena paga- dijo Jay
-Mamá, espera, déjame decirte que ya no trabajo para Chelsea-
-¿Por qué Louis?-
-No importan las razones, simplemente no tengo trabajo. Hoy fuí al parque y encontré en el diario un aviso de trabajo para limpieza en un apartamento aquí cerca-
-¿Cómo te fué?- cuestionó
-Hice sonar el timbre muchas veces, pero nadie respondió-
-Ya no importa, vé a ésta dirección mañana y ten por seguro que consigues trabajo, mientras tanto podremos arreglarnos, ¿sí?-
-Bien mamá, lo haré-

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