Amarrada A Ti [#2]

Cap.35

Narra. Erika:

La luz del sol irradia en la habitación, el sol es maravilloso cuando brilla con toda intensidad como lo hace esta mañana.

Seguro festeja tu libertad querida Erika-La voz de sean me saco totalmente de mis pensamientos

Yo: ¡Hay!-Exclame, ni siquiera me había percatado de la presencia de sean-Sean ¿hace cuánto estas aquí?-le cuestione mirándolo seriamente

Sean: Digamos que siempre estoy a tu lado Erika-sonrió-no tengo la culpa que seas despistada

Yo: lo entiendo, pero tampoco debes leer mis pensamientos

Sean: lo lamento, se me hizo ya una costumbre -sonrió de manera inocente-Bueno sabes ya cumplí mi trabajo es hora de desaparecer-informo con tristeza

¿Se va? Me duele saber que se ira, no quiero que se valla.

Yo: ¿A dónde iras?-cuestione con melancolía-No quiero que te vayas-lo abrace como si temiera a que desapareciera

Sean: Bueno todo término, las puertas del cielo se abren nuevamente para mí y para más trabajos.

Yo: bueno, espero verte nuevamente-los ojos me comenzaron a picar y no tardó mucho en que lagrimas brotaran de estas.

Él se acercó a mi rostro y limpio con su dedo cada una de ellas y me susurro-No debes llorar, en algún momento nos veremos querida-dicho una vez esto dejo un beso en mi mejilla y se desapareció como si de humo o viento se tratase.

Por más que hubiera dicho eso, no pude evitar ponerme a llorar, fueron buenos y malos momentos los que compartimos y como no extrañarlo si era quien siempre me regañaba cuando cometía un error, Lagrimas bajaron por mi mejía, la despedida fue corta, se había ido, no lo vería, estaba derrumbada de rodillas junto a la cama llorando cuando de pronto la puerta se abrió mostrándome a un Keith preocupado.

Keith: ¿Erika que sucede?-me cuestiono pero al verme mi estado corrió a mi lado y me cubrió en un abrazo-No pasa nada, tranquila hermosa-dijo tratando de calmarme mientras me daba palmaditas en la espalda

Yo: Keith-susurre hundiéndome mas en sus brazos-Sean se fue... ¡se fuee!-exclame aun con lagrimas en la mirada

Keith: Lo siento princesa-susurro mientras me limpiaba las lágrimas-no llores mas todo está bien ¿sí?-sonrió en manera de consuelo

Quizás todos necesitamos una sonrisa que nos consuele en algún momento, pues yo la necesitaba en este instante y el me la había regalado.

Yo: Lo extrañare-dije mientras restregaba mis ojos-Muchísimo

Keith: todos lo haremos creeme-sonrio- vamos con Mateo-sugirió-si no se pondrá celoso-dijo en susurro mientras se levantaba

Caminamos hacia la sala donde todos estaban, todos sonrían, estaban felices, era un hecho, también yo lo estaba, por fin la ruleta se había detenido, ya no estaba amarrada a Él, por fin era libre.

Mateo se acercó a nosotros y me extendió su mano de manera amable para ayudarme a bajar el último escalón.

Que más podría pedir, estaba de nuevo con mi familia, mis amigos y claro dos amores a los cuales siempre tendré junto a mí.

Mateo: Buenas tardes-dijo sonriendo- el clima se hoy es hermoso

Keith: el sol festeja la libertad de Erika-exclamo-Por eso no deja de brillar

Cursis-resoplo en mi mente-Son crisis, recuérdaselos a Ellos-exclamo

Esa era la voz de sean que por última vez hablaba.

Yo: Cursis-sin previo aviso la palabra de sean había salido de mis labios sin que yo quisiera-Lo siento- me disculpe al darme cuenta de mi error

Keith: ¿Te parecemos cursis?-cuestiono con gracia

Yo: En...-Nerviosismo-Sean dijo que son cursis.

Apenas dije eso mateo y Keith comenzó a mirar por todos lados y a decir cosas de la nada

Maldito sean-grito Mat-deja de burlarte de nosotros

¿Dónde diablos estas?-grito Keith-Da la cara imbécil

Lo que tengas que decirnos, dínoslo en la cara tonto-grito Mat

Y muchas más cosas gritaban ellos dos, creyendo que Sean se encontraba con nosotros.

Padre: Jajaja-se ría por todo lo que ellos decían

Madre: ¡Mateo! ¡Keith!-grito ya que no le hacían caso-¡Sean se fue!

Mateo: si pero...-no pudo acabar porque lo interrumpieron

Madre: pero nada-lo mando a callar

Yo: Keith, Mateo-Los llame- fueron las últimas palabras de sean antes de desaparecer-les dije

Ellos respiraron tranquilamente y así mismo continúo el día entre risas, regaños y alegría.