Rosas Rojas | Camren

IX

Narrador Omnisciente.

Brad y Lauren bajaron en silencio por el elevador hasta la recepción del edificio, caminaron hasta el auto de Brad que estaba a unos metros adelante. Brad le ayudó a Lauren a subir, después se dirigió hasta el lado del piloto, encendió el auto y se encaminaron al departamento de Lauren.

Llevaban casí 10 minutos de silencio incómodo desde que salieron del edificio de Camila y Austin. Lo único que se podía escuchar eran los pequeños golpes de las gotas de lluvia cayendo en el auto. Brad al notar que Lauren no tenía la más mínima intención de conversar si quiera un poco con él, decidió ponerse creativo y empezar con su plan de conquistar a la ojiverde tomando la dirección contraria del apartamento de Lauren.

- ¡Hey Brad! ¿Qué rayos haces? Te dije que en la siguiente a la izquierda. - Dijo Lauren en un tono molesto, ya estaba cansada y lo único que quería era llegar a su departamento a dormir.

- Es un atajo ¿Sí? En el camino de ida, durante un alto escuché a un oficial de tránsito decir que la calle fue cerrada por un accidente entre un camión y un auto. - Mintió - ¡Pero tengo una idea! ¿Por qué no seguimos derecho, vamos a mi casa y te invito algo de beber?.

- Brad, sólo da la vuelta ¿Quieres?. - Lauren ya estaba tan estresada al ver la insistencia del chico que sólo optó por apoyar su cabeza en la ventana, cerrar los ojos y masajear su frente.

- Oye, Lauren... ¿Te encuentras bien?.

- ¡Ay dios! - Susurró Lauren con fastidio. - Brad ¿Me lo dices sólo porque no quiero tener sexo contigo? Porque si es así, creo que ya dejé en claro que nunca pasará nada entre tú y yo.

Hasta el más tonto podía llegar a notar que Lauren ya estaba harta pero Brad era realmente insistente. El chico soltó una pequeña risa y volvió a hablar.

- Mira, puedes no tener sexo conmigo, pero lo único que pido por ahora, es que no te quedes en mi auto sin decir nada ¿Sí?.

- Ok, lo siento, es que... - La ojiverde hizo una breve pausa, tomó un respiro y volvió a hablar. - Bueno, sucede que... Tengo mi cabeza hecha un lío, no quería ser grosera, en serio lo siento.

- Lo noté, estás un poco pensativa, es obvio. ¿Sabes que deberías hacer? - Lauren volteó a verlo en señal de que continuara. - Decírmelo, a mí. Porque debajo de éste rudo exterior hay un alma sensible.

- Claro que no. - Dijo Lauren conteniendo la risa.

- No, no la hay, pero puedes decírmelo.

- No lo creo, es... Algo de chicas, un poco complicado ¿Sabes?.

- Tengo tiempo. Mira, si no quieres ir a mi casa sólo dame la oportunidad de invitarte un café y un sandwich. Debes tener hambre ya que en casa de Mila no comiste bien ¿Qué dices?.

El chico le sonrió amablemente, por lo cuál Lauren se relajó y terminó por aceptar. Brad era un buen chico, bueno, sólo cuando dejaba su ego a un lado, no estaba actuando cómo un patán y sentía que absolutamente todas las chicas morían por él.

Les llevó un par de minutos llegar a una pequeña cafetería que atendía las 24 horas. Se sentaron en una de las mesas del fondo a petición de Lauren, aunque no habían más de 10 personas ahí ella prefería estár en un lugar más tranquilo dónde pudiera conversar libremente.

La joven camarera les tomó la orden y en el tiempo que tardó en estar listo Brad aprovechó para interrogar a Lauren. Pero como siempre con preguntas un poco fuera de lugar.

- Veamos... "Cosas de chicas". - Repitió Brad haciendo la seña de comillas con los dedos. - Bueno... Tiene que ser... Una escena de cosas sexuales. Tú y otra vegetariana. - Dijo el castaño sugestivamente provocado una risa en Lauren.