XX (Parte 2)

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NOTA: En éste cap. viene una parte importante de la historia además de que se basa únicamente en Lauren, también es un poco más largo que los anteriores.

Disfrútenlo. 😉

~🌹~

Lauren POV.

Minutos después de pagar la cena, salimos abrazadas de la cafetería en un cómodo silencio caminando hacia mi motocicleta, nos subimos y nos dirigimos hacia el departamento de Camila. Creí que ella ya estába agotada por todas las actividades que tuvimos en todo el día, pero cuando llegamos a su edificio prácticamente me rogó para quedarme un ratito más con ella. Lo pensé por un momento porque casi olvidaba que mi madre se quedó en mi departamento, sola y un tanto alcoholizada. Pero me tranquilicé cuando recordé que cuando mi mamá bebía, prácticamente podía dormir un día entero.

Entonces ahí estaba yo, en el departamento de Camila a las 12:15 am, sentada en el sofá esperando que ella volviera de la cocina con el vaso de vodka con el que me había sobornado para quedarme.

- ¡Volví! Aqui tienes. ¿Con jugo de naranja está bien?. - Dijo mientras me tendía el vaso y se sentaba junto a mi en el sofá.

- Está perfecto. Gracias, Camz. - Tomé un sorbo y Camila asintió sonriendo tímidamente.

- No es nada. - Bebió de su vaso y se acomodó en el otro extremo del sillón para quedar frente a mí.

- Mmm. Oye, Camila... - Dije dudosa.

- ¿Que pasó?.

- Pues... Quería decirte que cuando volvíamos de la cafetería estuve pensando un poco sobre lo que hablamos y bueno... Creo que no me haría mal contarte sobre mi. Sólo si tu quieres, claro, o si nó podemos hablar de cualquier otra cosa.

- Lauren, tranquila. Es genial que decidas hacerlo. Yo sólo quiero saber sobre tí, así que si hay cosas que no quieres decir simplemente no lo hagas. - Dijo mientras me sonreía tiernamente. Saber que tenía el apoyo de Camila me sirvió mucho.

Entonces sólo asentí y me llené de valor para poder hablar.

- Gracias, Camz. - Tomé un suspiro profundo y bebí un poco de vodka. - Bueno, creo que comenzaré. Mi nombre es Lauren Michelle Jauregui Morgado. Tengo 22... Bueno no, 23 años. Y también tengo sangre cubana por parte de mi mamá. La verdad no tengo muchos recuerdos de cuando era niña pero los pocos que tengo puedo decir que son los mejores. En fin, Yo no nací aquí, yo tenía como 4 años cuando llegamos. Mis padres y yo vivíamos en Chicago porque, basado a lo que dijo mi madre una vez, su más grande sueño era vivir ahí, pero el de mi padre era vivir aquí en Miami, entonces llegaron a la conclusión de vivir un tiempo en Chicago y otro en Miami pero en cuanto descubrieran que tendrían a su primer hijo volverían al lugar donde crecieron, en California. Pero como a veces las cosas no salen como planeas, mi madre quedó embarazada meses antes de que ellos vinieran acá y terminé naciendo en chicago. - Puse mala cara y Camila estalló en una risa contagiosa que me hizo reír también, lo cual me ayudó a relajarme un poco.

- Lo siento Lauren, continúa. - Dijo Camila mientras se acomodaba en el sofá quedando un poco más cerca de mí.

- De acuerdo. Como decía, aparecí en la vida de mis padres y nací en Chicago, obligándolos a retrasar el viaje a Miami durante unos años en lo que recuperaban el dinero para mudarnos. En fin, eso fué bastante complicado. Cuando tuve edad para subir a un avión y ellos el dinero suficiente para empezar de cero en otra ciudad decidieron dejar Chicago. No recuerdo la mayor parte de mi primer año aquí, pero recuerdo perfectamente bien cuando fué la cena de cumpleaños de mi padre y mi madre dió la noticia de que estaba embarazada. Recuerdo que esa fué la primer vez que vi llorar a mis padres, pero era por felicidad pura, papá besó a mamá de una forma muy tierna y en cuanto él se acercó a mi y me explicó lo que sucedía me solté a llorar con ellos. Incluso esa noche los tres dormimos abrazados en la habitación de mis padres, porque según las palabras de papá yo me aferré a mi madre y decía que desde ese momento jamás me separaría de mi hermanito. La idea de tener a un hermanito realmente me emocionaba muchísimo. - Recordar aquello es hermoso, sin embargo también duele como la mierda.

Rosas Rojas | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora