Camila POV.
Ya era Lunes y la mañana estaba un poco fría, Austin por lo visto ya tenía bastante tiempo de haberse ido a trabajar. Yo no quería levantarme, pero recordé que era la presentación de Sofi en el colegio a primera hora, a la cuál quizá Lauren también asistiría. Definitivamente no podía faltar.
No sé porqué pero mi hermana desde que supo que la había invitado a cenar el Viernes pasado comenzó a tener una pequeña obsesión con ella, todo el fin de semana me ha preguntado por teléfono si la he visto, si he hablado con ella o cuando será la próxima cena que haré para que ella venga y vea a Lauren. Aunque no la culpo con su pequeña obsesión, porque sé que Lauren es muy linda, es amable, inteligente y divertida, lo que la hace la compañía perfecta. Ella es maravillosa sin duda.
Sofi me había pedido el número de Lauren y aunque no sabía exactamente para qué lo quería se lo dí, después me dijo que era para invitar a Lauren ella misma pero quiso asegurarse y me pidió que la invitara yo.
Después de un rato me levanté de la cama y me dispuse a hacer mi aseo personal diario. Ya limpia y seca me envolví en mi bata rosa y salí a elegir mi ropa. No quería estár tan sencilla pero realmete hacia frío, así que me decidí por unos jeans azules, una bluza negra de cuello de tortuga, una botas altas de tacón pequeño y un abrigo negro.
Mi madre me llamó para que pasara a recogerlos ya que el auto de papá se averió. Después cinco minutos de camino de la casa de mis padres llegamos juntos al colegio de mi hermanita.
- Karla, debiste dejar que trajera la pancarta, a Sofi le hubiera encantado ver lo mucho que la apoyamos. - Dijo mi madre cuando cruzamos la entrada del colegio.
- Camila mamá, Camila. Y nó, no era necesario, sólo es la pequeña exposición de su proyecto, no es para tanto.
Caminamos por el pasillo y justo cuando iba a abrir la puerta del salón de mi hermana ésta se abrió antes y me dejó observar a una linda chica que cuando salió miró hacia los lados del pasillo buscando a alguien, pero cuando su mirada se encontró con la mía me regaló una perfecta y linda sonrisa.
- ¡Hey! Hola Camila, por fin llegan. - Dijo Lauren aún sonriendome.
- Lauren ¿Que haces tan temprano aquí? Creí que no vendrías.
- Sofi me llamó anoche y me pidió que la ayudara a preparar su proyecto. - Ahora entendía su insistencia de conseguir su número.
- Gracias Lauren, es muy lindo de tu parte. - Dijo mi madre dándole un pequeño apretón en el hombro.
- Un gusto verte Lauren. - Saludó mi padre.
- No, no es nada. También es un gusto verlo señor Cabello. - Respondió Lauren con una pequeña sonrisa.
- Señores Cabello, en unos minutos empieza Sofia, pasen porfavor. - Dijo la profesora asomándose detrás de Lauren que seguía en la puerta.
Un par de minutos después mi hermana estaba empezando a explicar su proyecto del espacio, pero estaría mintiendo si digo que estaba prestando atención a lo que Sofi decía, Lauren y yo estábamos sentadas sobre las pequeñas mesas que colocaron al fondo del salón para darle más espacio a los proyectos de los niños.
Las luces estaban apagadas y las persianas bajas lo cual ayudaba a mi hermana a darle un lindo efecto a las estrellas y planetas que alumbraba con una linterna. Pero la cercanía de Lauren me distraía bastante.
- Éste es el espacio, está a muchos años luz de aquí. Los años luz no se miden en días o en meses sino en kilómetros. Hay una buena explicación para eso pero aún no la he entendido. Ésta parte es la Vía Láctea que está formada por muchas estrellas y otros celestiales fenómenos. Una de las mejores constelaciones es la Osa Mayor que en la cultura griega era un gran oso. Se le llama así porque en los tiempos de la mitología griega un dios malo llamado Zeus, quería dormir con alguien que no era su esposa. Su esposa lo iba a atrapar y reclamarle, así que convirtió a su novia en oso pero la señora Zeus tenía sospechas y la convirtió en una estrella.
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Rosas Rojas | Camren
Fanfiction¿Amor a primera vista? Imposible. O eso pensaban Lauren Jauregui y Camila Cabello antes de que el destino las uniera de una manera algo... Extraña. Sólo bastó un pequeño choque de miradas para que esa simple frase de cuatro palabras tuviera sentido...