Capítulo Siete

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CAPÍTULO SIETE: APUESTA

JAYDEN

Sonreí encantada cuando me entregaron los nuevos folletos del local, la mayoría de chicas teniendo la misma reacción empezando a soltar chillidos comentando lo hermosas que se veían en su propio folleto, todas cubiertas por los antifaces negros que caracterizaban el lugar.

Fue entonces en el que nuestro jefe reveló el póster oficial que estaría en todas partes, siendo el que representase a Caraval entre los demás lugares. Mi boca se abrió al ver mi fotografía en el gran cuadro de cristal. Las había tomado solamente hace una semana, y estaba más que sorprendida al ver el fantástico resultado de ellas.

En esta imagen me encontraba sujetado a uno de los tubos del local, el fotógrafo habiendo sugerido la pose después de haber visto lo que podía hacer con el metal, quedando encantado con mi supuesto talento. Mordí mi labio inferior al ver como todas comentaban el gran trabajo que el hombre había hecho con mi sesión, felicitándome por haber sido escogido entre todas con mi imagen.

Melissa me rodeó con sus brazos comentando lo orgullosa que se encontraba de mí por haber sido elegida, al igual que Caroline, quien oficialmente dejaría de bailar después del show de esta noche gracias a haber iniciado una relación oficial con mi hermano mayor. Había saltado en un pie toda la semana cuando me contaron, diciéndole a mi hermano que ya se estaba tardando en conquistar por completo a mi mejor amiga.

—Chicas, no se olviden que hoy es la apuesta por un baile privado con cinco de ustedes —nos recordó nuestro jefe. Me señaló con su barbilla —. Tú eres la más aclamada, Avaricia. Te doy quinientos dólares para que entres.

Le miré incrédula, pensando en lo bueno que sería tener esos extras quinientos dólares en mi bolsillo. Solté un suspiro asintiendo, mi jefe sonriendo más que encantado ante la idea de tenerme en la apuesta por un baile privado con cinco de las más aclamadas bailarinas. Mi mente rápidamente viajó hacia Luke.

Las cosas entre Luciano y yo habían mejorado después de haberme disculpado por romper mi promesa de ir a ver una película a su lado, de aquello era hace dos semanas. Ambos no tuvimos ningún tipo de contacto físico, y no porque él no quisiera, sino porque yo no podía dejar de pensar en aquel par de ojos azules que me dejó flechada con solo una noche.

Decir que me sentía avergonzada por no poder controlar mis emociones era muy poco para describir el sentimiento de nostalgia que llenaba mi pecho, todo gracias a no poder verlo. Probablemente nunca más lo volvería a ver, debido a que de seguro su única intención fue intimar conmigo. Lo consiguió sin tener que poner muchos esfuerzos, dejándome hipnotizada en el proceso. ¿Por qué querría volver a verme después de haber conseguido su propósito? ¿Por qué querer intentar algo con una chica como yo cuando tenía a una de las mujeres más bellas a su lado?

Las palabras de mis mejores amigas habían conseguido guardar solamente un poco el sentimiento de culpa, recordándome que no era la única de las bailarinas que se había flechado con un imposible. Pero él no era cualquier imposible, William Campbell era la persona más complicada que había conocido, no siendo un libro abierto para poder descifrar lo que su mente pensaba. Dudaba que tendría esa oportunidad.

Negué con la cabeza recordando que tenía la oportunidad de formalizar una relación con mi mejor amigo, una persona a la cual conocía desde que tenía uso de razón. Luciano nunca me había fallado y no dejaba de confesar lo mucho que quería estar conmigo, que no esperaba la hora en que yo también decidiese arriesgarme a tener una relación con él. Mordí mi labio inferior sintiendo mis mejillas sonrojarse. Mi corazón no dejaba de revolotear ante la idea.

Tengo Ganas de Ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora