La cruel y pura realidad

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-Suspiré-¡FELICIDADES TIENES UN BEBÉ!-.

-¡NO PUEDO TENER UN BEBÉ,SOY HOMBRE!-.

Reí ante la reacción de Erick que esté se limitó a mirarme extrañado.
Ya pasaron cinco meses. Estábamos en diciembre,mañana comenzaba la última semana de clases y ahí, empezaban las vacaciones.
Ya pasó cinco meses en los cuáles Erick y Joel eran novios,igual que Richard y Sole y Chris y yo.

Hacia un calor horrible. Era agotador y sofocante.

Me encontraba en mi habitación con Erick,los dos estábamos plácidamente acostados en mi cama sintiéndonos bendecidos de tener el aire acondicionado.

-Pero hay alguien en mi curso qué sí lo está- Dije sería mirando seria el techo-.

-¿¡ERES TÚ!?-.

-¡NO IDIOTA!-.

Erick se empezó a reír y por hacerlo demasiado fuerte se ahogó.

-¡JA ESO TE PASA POR MALDITO!-.

-Esto no es gracioso,mira si me muero-.

-¡Ay no seas exagerado!-.

Empezamos a reírnos y nos detuvimos al escuchar que tocaron la puerta de mi habitación.

-¡Adelante!- Erick gritó y yo le miré sonriendo y a punto de estallar de nuevo en risas-.

Mi mamá pasó seguida de mi papá.

-Hija,hoy vendrá tu tía María a cenar con nosotros. Así que con tu padre iremos a comprar las cosas para la cena-Explicó-.

-¿Y Dolores?-Pregunté-.

-Le ahorramos un poco el trabajo,ya qué con lo qué le pasó recientemente... Es mejor darle una mano- Mi papá me sonrió y yo asentí-.

Los dos se fueron y luego de un largo tiempo sin hablar, Erick preguntó al fin.

-¿Qué le pasó a Dolores?-.

-Oh,su hija se puso muy enferma. Parecía que se iba a morir, así que eso causó una decadencia a Dolores. Fue tan triste verla así, pálida,los ojos sin ese brillo especial y sin su sonrisa dulce. Hasta creo qué yo también sufrí una decadencia-.

A Erick se le borró un poco la sonrisa. Y se limitó a mirar el techo. Parecía pensativo,parecía que estaba analizando lo qué le acababa de decir.

-No te preocupes mi amor. Ella está mejor ¿No la viste?- Negó- ¿Entonces quién te abrió la puerta? Sí mis padres no estaban cuando llegaste-.

Se puso nervioso y emitía una risa un poco rara.

-Tengo una copia de la llave de tu casa-.

Lo miré incrédula. Él sólo se limitaba a reírse.

-¿Por qué tienes una copia de la llave de mi casa? Te cuento que aterra-.

-No te preocupes,no soy el único qué la tiene-.

-¿Cómo qué no eres el único? ¿Quién más la tiene?-.

-Los chicos. Hicimos esas copias cuando tú no estabas,cuando estabas de "vacaciones"- Resaltó las comillas con los dedos en la palabra vacaciones- Con Diego ¿Te acuerdas? Bueno,los cinco nos pusimos de acuerdo y obviamente con el permiso de tus padres,hicimos las copias- Se hundió de hombros-.

-¿Y cuando planeaban decirme?-.

-Nunca quizás-.

Alcé ambas cejas- Ah,listo. Lo qué uno se viene a enterar-.

Un Giro de Encuentros (Christopher y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora