Matando Viviendo |Killing Stalking|

Reencuentro [R-18]

-Soy un cobarde, ¿sabes, Dani?- tomo el último sorbo de la cuarta cerveza de la noche.

Mi acompañante me mira serio y sobrio, lo más importante. Decidió no continuar tomando cuando vio a mi cara volverse totalmente roja con la primera cerveza y al empezar a hablar extraño. 

-¿Por qué lo dices?

-Me fui corriendo cuando se presentó el primer inconveniente- siento mis labios hacer un puchero involuntario y mis ojos llenarse de lágrimas que son secadas rápidamente con el dorso de mi mano. De un solo movimiento me pongo en pie-. Ya debería irme...

-Espera- dice levantándose-, te acompaño.

Dany y yo caminamos juntos en silencio hasta llegar a mi hotel.

-Entonces... Aquí me quedo. Buenas noches- digo casi como pregunta.

-Son casi las tres- ríe un poco-. Descansa- ondea su mano antes de voltearse y seguir su camino.

Caminando haca mi habitación busco la llave tanteando mis bolsillos con una mano hasta que doy con ella. Alzo la vista buscando con la mirada el número correcto. 

Suelto un grito ahogado, quedo paralizado en mi sitio sin saber que más hacer. Sangwoo se encuentra dormido, con la espalda recostada en mi puerta y los pies estirados a lo ancho del pasillo. 

Se ve muy tierno. Debió cansarse de esperar, que pena. ¿Cómo consiguió el número de mi habitación? ¿Qué mierda hago? No puedo dejarlo ahí tirado y tampoco puedo quedarme afuera por siempre.

-Sangwoo- me agacho con delicadeza y toco su hombro de igual manera. La emoción recorriendo todo mi cuerpo. Lo he extrañado tanto que siento encogerse mi corazón al ver sus pestañas revolotear antes de permitirme ver sus ojos. 

-Bum- su expresión se suaviza drásticamente antes de estrecharme entre sus brazos como si la vida dependiese de ello-. Te he extrañado tanto.

-Yo también- me animo a decir, aunque no debería. No puedo involucrarme más, ¡recuerda!-. No debiste venir aquí- intento alejarme un poco, pero su fuerte agarre no me lo permite.

-No podía dejar que te fueras sin una explicación, al menos... ¿Si te suelto prometes no salir corriendo?- asiento con la cabeza. Coloca ambas manos en mis hombros y mira mi cara tanto tiempo que empiezo a sonrojarme-. ¡Eres tan lindo!

-Ya, para- me levanto abruptamente-. Tienes que irte.

-Sabes que no lo voy a hacer- dice levantándose también-, al menos háblame y dame una muy buena razón y después veremos.

Suspiro resignado y abro la puerta.

Ambos nos sentamos en la cama, lado a lado, la piel rozándose levemente.  El silencio reina en la habitación, los sonidos exteriores llegan a mis oídos, pero no los escucho hasta que una caricia en mi brazo me despierta.

-Oye... Tienes que explicarme por qué te fuiste.

Aclaro mi garganta y lo miro a la cara de una vez por todas.

-Cuando mis padres murieron fui a vivir a casa de mi abuela, donde también vivía mi tío...- empiezo a jugar con mis manos en el regazo. 

-Ya lo sé- Sangwoo toma mis manos entre las suyas y las aprieta suavemente. 

-¿Qué sabes exactamente?- lo miro con los nervios incrementando con cada milisegundo que pasa.

-Las cosas que él te hizo- agacho la cabeza sin saber como volveré a verlo, mas antes de poder seguir atormentándome, él me toma de la barbilla y obliga a que mis ojos lo miren-. No es tu culpa.