Esposa 2

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Al día siguiente no sabía cómo enfrentarme a mi jefe, me daba vergüenza que haya estado presente cuando Robert tuvo su arranque de celos, aunque me hubiera ayudado cuando él me quiso golpear, pero aun así tenía que trabajar.

 Me levante muy apenas, y fui directamente a la ducha, al verme en el espejo vi las enormes ojeras debajo de mis ojos, además de lo rojo e hinchados de estos, “lo que me faltaba” pensó, abrí la llave del agua fría y me metí para despertarme completamente, al entrar solté un quejido por la temperatura del agua, me enjabone el cabello y el cuerpo a los 10 minutos ya estaba fuera de la ducha y vistiéndome, me recogí el cabello, tome las gafas y salí de mi departamento con suficiente tiempo para llegar a la oficina, pero lo que no me esperaba ver fue el BMW rojo de mi jefe aparcado enfrente de mi edificio.

 —     Entra, te llevo a la oficina — Me quede petrificada en la entrada, mientras él se bajaba del auto y daba la vuelta al coche para abrir la puerta del copiloto haciendo la seña de que subiera.

—     Este… no es necesario, puedo tomar el bus en la esquina — no sabía cómo librarme de esto.

—     No sea ridícula, ya di mi vuelta, ahora se viene conmigo, sirve que hablamos de algo que se me ocurrió ayer por la noche.

—     Pero…

—     Nada de peros, sube vamos — Me tomo del brazo y me arrastro al auto, subí al auto y él rodeo el carro para subirse al auto también “que es lo que me quería decir que no podía esperar a que llegara a la oficina”.

**********

Se me había ocurrido una idea genial, ayer por la noche, después de ver el espectáculo del novio de mi asistente, bueno más bien después de notar a cierta mujer que había estado conmigo desde hace cinco años y ver lo hermosa que era.

 —     Bien, pues quiero proponerte otro trabajo. —dije para interrumpir el silencio.

—     Qué clase de trabajo, apenas ayer me propuso lo de ser chaperona con sus posibles yeguas de cría. — en su cara se veía la sospecha de que no le gustaría, mientras en mi rostro se formo una sonrisa.

—     Es alga más fácil y creo que será de su agrado.

—     No lo creo, pero dígame en que puedo ayudarle.

—     Quiero que te conviertas en mi yegua de cría — me hubiera gustado poder tomar una foto de la cara que hizo entre la incredulidad, enojo y sorpresa. —Es asi como llamaste a mi futura esposa ¿no?

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Qué le pasaba a este tipo, creía que por ser alguien con mucho dinero y bastante guapo podría venir a pedirme ese tipo de cosas.

—     Gracias por su generosa oferta, pero me atrevo a declinarla, preferiría seguir con mi antiguo puesto.

—     Pero porque me rechazas.

—     Sr Dinovik, yo sé todo sobre usted, se como le gustan las mujeres, se que su comida favorita es la italiana, sé que no se lleva bien con el esposo de su madre y sé también que usted es el playboy más grande que ha existido en el mundo, Casanova no le llegaría ni a los zapatos, ahora dígame, que conoce usted de mi, le apuesto lo que quiera a que ni siquiera sabe mi nombre.

—      Claro que se su nombre, usted es la Srita Anderson.

—     Oh tiene razón, pero cuál es mi nombre de pila.

—     Su nombre es C… — negué con la cabeza antes de que terminara — Ame…

—     No se quiebre la cabeza, mi nombre es Annie Anderson, ve lo que le digo ni siquiera mi nombre sabe, ahora como me viene a pedir semejante cosa.

 Bonita cosa, ahora resulta que la Esposa 2 soy yo, tendré que empezar a buscar más candidatas para que se le quite de la cabeza este asunto conmigo. Aunque quien es su sano juicio declina la propuesta de matrimonio de un guapo multimillonario.

Inesperadamente ¿Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora