Sorpresa y altercado

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Al llegar nuestro vuelo a la ciudad, nos dirigimos a recoger nuestras bolsas de viaje y el auto de Mark que se había quedado en el aeropuerto por el fin de semana, en todo el camino de regreso a mi departamento Mark no soltó mi mano, cuando llegamos ya el sol se ocultaba, se detuvo a un lado de mi edificio y salió para abrirme la puerta.

—       Pues aquí estamos novia mía — dijo Mark, mientras envolvía sus brazos por mi cintura y me encerraba entre él y el auto.

—       Ya lo creo — respondí, envolviendo mis brazos por su cuello.

Con una sonrisa en sus labios y en los míos acerco su rostro al mío hasta que solo quedaron unos centímetros de separados, no pude aguantar más y jale su boca a la mía, nuestro beso comenzó lento y suave, pero después de unos instantes se volvió frenético, al igual que nuestras respiraciones, después de lo que me parecieron horas nos separamos solo un poco para tomar aire, pero nuestras frentes seguían unidas.

—       Me encanta besarte — dijo Mark

—       Y a mí me encanta que me beses. — dije y el me dio un pequeño beso — me tengo que ir, tengo un jefe muy exigente que me explota y se enojaría mucho si llego tarde mañana a la oficina.

—       Estoy seguro que a ese jefe tuyo no le importaría que llegaras tarde mañana, se de muy buena fuente que tu jefe llegara tarde también al parecer le espera una noche larga adorando el cuerpo de cierta hermosa mujer.

—       No lo creo — dije separándome completamente de él — mañana mi jefe tiene una reunión muy importante a primera hora con los inversionistas del proyecto de chicago, a la cual no puede faltar.

—       Maldición, se me había pasado por alto la reunión, bueno tal vez la noche no sea muy larga después de todo.

—       Ya lo creo, porque mi jefe tendrá una noche muy tranquila dormido en su cama.

—       ¿Qué? No, vamos a cenar por lo menos.

—       Me encantaría cenar contigo pero tengo cosas que preparar, mañana nos vemos.

—       Bueno está bien, pero esta será la última vez que te me escapas, la próxima te aseguro que te tendré amarrada a una cama dándote el mejor de los orgasmos que jamás hayas tenido.

Oh por dios, porque rayos hacia esto, estaba tomando todo de mí el no tomarlo de la mano y arrastrarlo a mi departamento para hacerlo cumplir en ese momento lo que me estaba diciendo, pero la reunión de mañana era muy importante como para cancelarla, ya habría tiempo después, tiempo es lo que nos sobraba en estos momentos.

—       Lo tendré en cuenta, — dije caminando hacia la entrada del edificio — Ya me encargare de que lo cumplas.

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Maldición, esta mujer haría que muriera de amorotamiento de bolas, en este momento estaba más duro que una roca, pero tenía razón, mañana tenía una reunión importante con los inversionistas de chicago que haría que la constructora creciera, no podía cancelarla, cuando la vi entrar en el edificio, me di la vuelta y me subí al coche, maneje a mi departamento, necesitaba una ducha bien fría para calmarme y si la ducha no podía tendría que hacer uso de mi mano, hace mucho que no utilizaba mi mano para correrme por lo general siempre tenía una mujer con la cual calmar mis necesidades, deje el auto en el estacionamiento subterráneo de mi edificio y pulse el botón del elevador.

Al entrar en el descansillo de mi departamento, algo me pareció raro, pero no hice mucho caso, cuando entre me lleve una gran sorpresa al encontrar a nada más y menos que a Camila en todo su esplendor sin una sola prenda encima.

Inesperadamente ¿Tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora