21 de Septiembre del Año 1991
NOCHE:
- HOLA, perdóname de nuevo, por no escribir, lo que pasa es que desde que David, me siento como apagada, solo lo bueno de esto es que le pongo más atención a la universidad, ya no tengo más cosas que hacer, o en que centrarme, lo extraño demasiado no tienes ni una idea.
Como sabes es miércoles, y fui a visitar a Lilia, y solo hablamos de la decoración del salón en donde será su fiesta después de la misa el día de su boda.
Ella se ve muy feliz, con todo lo que lleva planeado.
Besos...
22 de Septiembre del Año 1991
TARDE:
- HOLA, bueno hoy fue un día de problemas, te acuerdas de ROSA, si la chica con la que anda Enrique, pues a medio patio en la hora de salida, se paró frente a mí y:
· ¿Cómo te sientes de haber partido a Enrique en más de mil pedazos?
· No sé qué me hablas.
· ¿Qué me vas a negar que no has notado que ha estado faltando a la uni?
· No no me había dado cuenta de eso.
· Pues sí y lo peor de todo es que es por ti.
· Por qué lo dices.
· Jajá primero le dices que estas enamorada de él y luego, te revuelcas con otro.
· No me hables así.
· Pues si, por que él está muy mal no sale su casa no quiere comer, y se la pasa tomando y drogándose, cuando fui a verlo ayer, estaba alucinando me dijo que solo quería verte por ultima ves.
Después de esto me fui sin dirigirle la palabra, para preguntarle a José sobre el estado de salud de Enrique.
- Oye José, ¿Sabes cómo esta Enrique?
- Veo que Rosa ya te conto todo o no.
- Pues sí pero quiero oírlo de ti.
- Pues sí, la verdad es que le dije que tú ya estabas saliendo con un chico.
- Y después.
- Lo tomo muy mal, fue desde entonces que no viene a clases.
- Pero...
- Solo me marca para preguntar por ti.
- ¿Pero tu como lo ves?
- Pues creo que solo está exagerando, con la bebida, pero a como es ya se le pasara.
- ¿Seguro?
- Si, tu no debes preocuparte por él, después de todas las groserías que te ha hecho,
- Si tienes razón, cuídate.
Bueno al parecer todo está bien, ese tonto ya no sabe cómo llamar la atención.
Hasta mañana besos.
25 de Septiembre del Año 1991
NOCHE:
- Como estas, te acuerdas de que Enrique, estaba mal, y que según por mí, pues eso es verdad, por la mañana, Blanca me llamo por teléfono para que fuera de inmediato al hospital, ya que Enrique, tenía una sobre dosis y podía morir, y si me fui lo más rápido que puede al hospital cuando llegue una señora muy bonita y linda me dijo que si yo era Casandra, y le dije que si, en eso el doctor me dijo "pasa rápido el paciente pide verte con urgencia."
Cuando entre a la habitación, estaba Enrique medio dormido, el medico salió, y dijo los dejo solos un momento, si las cosas se complican señorita no tarde en llamarme, me acerque a Enrique, y le pregunte que para que quería verme, en eso los ojos de Enrique se comenzaron a abrir, y con mucho esfuerzo;
- Perdóname por todo lo que te echo.
- No tengo nada que perdonarte.
- Sí, yo te he hecho llorar, sin piedad.
- Eso ya no importa.
- Claro que sí, sé que tú ya tienes novio.
- Sí.
- Eso no me dolió, mucho, si no que te acostaste con él.
- ¿Cómo es que sabes que...
- Me entere yo mismo, cuando un hombre es experto como yo, (rio), podemos notar cuando una mujer es virgen y cuando ya no lo es.
- A ya veo.
- ¿Por qué Casandra? (una lagrima salió de su ojo derecho)
- No sabes cuánto lo amo.
- ¿Y con esa intensidad me amabas a mí?
Ante esa pregunta mis ojos se llenaron de lágrimas, mi respuesta era si, y creo que si me hubiera correspondido, lo amaría más que a David.
- Contéstame por favor, con la verdad.
- Sí.
- Lo sabía, eres de esas chicas que lo da todo a cambio de nada, en toda clase de relación.
- Mmm...
- Te admiro.
- ¿Cómo te sientes?
- Bien después de escuchar esas palabras de ti.
- Te recuperaras ya lo veras.
- Si yo también creo lo mismo, aunque creo que estos momentos, estoy a punto de morir, por dentro.
- No digas eso.
- Perdóname, por todo por favor te lo suplico.
- Claro que te perdono, no acostumbro a guardar rencor.
- ¿Podemos empezar desde cero?
- Claro que sí.
- Gracias.
Llego el medico de nuevo, me pidió que saliera de la habitación, cuando regrese a la sala de espera, la señora que creo era la mama de Enrique, me dijo:
- Gracias por venir, mi hijo no para de hablar de ti, desde que se enteró de que tienes, novio. No sabes cuánto se arrepiente del daño que te hizo, con sus aires de grandeza.
- No se preocupe señora ya todo está olvidado.
- ¿Y tu novio?
- El seguirá siendo mi novio, solo empezare de cero con Enrique.
- Gracias, muchas gracias, espero que esta vez mi hijo se sepa ganar tu corazón.
- Señora no se haga ilusiones, mi corazón ya tiene dueño.
La señora se fue con una sonrisa en la cara. Después el medico salió y dijo, que Enrique ya se encontraba mejor. Al oír esas palabras, mi corazón sintió un alivio, regrese a mi casa para continuar con lo que estaba haciendo.
Besos...