Te vi crecer (2dle)

Lluvia salada

Seguí viendo por la ventana hasta que la lluvia se intensificó y tuve que cerrarla. Estuve viendo la lluvia chocar con la ventana por un largo rato hasta que Katsu empezó a maullar.

Se acariciaba a si mismo con mis piernas y se detenía para maullarme, lo intenté acariciar y se alejó, lo seguí y se detuvo en su plato vacío. Busqué la comida que guardaba Noodle y le llené el plato, quién sabe cuánto tardaría en regresar, cierto, tardará lo que yo tarde. Suspiré y tomé su plato de agua, entré a su baño y cambié el agua ya que estaba sucia. Dejé el plato en su lugar y Katsu ronroneó como agradecimiento.

Volví a sentarme frente a la ventana, escuché unos pasos cerca de la puerta y los gruñidos de Murdoc, abrí la ventana y salí rápido antes de que entrara, sólo tomaron 10 segundos para empaparme completamente, la lluvia estaba demasiado fuerte. Me asomé un poco y Murdoc entró al cuarto, me oculté al ver que miró hacia donde estaba.

—Por un demonio –se acercó–, esa mocosa dejó su ventana abierta de nuevo.

Murdoc cerró la ventana sin notarme, esperé unos segundos para asomarme de nuevo y ya no había señal de él, quise abrir la ventana pero era imposible abrirla desde afuera. Me recargué en la pared e intenté concentrarme para seguir meditando, la lluvia no ayudaba pero tampoco estorbaba.

Empecé por recordar cuando llegué a los Kong Studios, había recibido una llamada de Noodle, ella estaba sola. Después de haber tomado distintos caminos fue difícil no saber nada de Noodle todo ese tiempo.

Bajé del taxi y tomé mis maletas, respiré hondo y me dirigí a la entrada, me detuve en la puerta unos segundos para prepararme mentalmente, habían pasado 4 años sin verla y muchas preguntas pasaban por mi cabeza, ¿cómo se verá? ¿Seguirá siendo la misma? ¿Cómo le habrá ido en Japón? Por ahora sabía que su inglés había mejorado, cuando me llamó fue muy fluido, aunque sonaba tímida.

Toqué el timbre y la puerta se abrió enseguida, no pude evitar pensar que Noodle estuvo todo el tiempo esperando junto a la puerta, eso o aprendió a correr como Flash.
La observé en silencio y ella hizo lo mismo, no creo haber cambiado, pero ella lo hizo demasiado, era más alta y su cabello estaba completo, no podía ver sus ojos rasgados por su nuevo fleco.

—¡2D-san! –Me abrazó.
Me sorprendí un poco por el abrazo pero correspondí enseguida. La eché tanto de menos, las noches sin ella eran tan solitarias, sin alguien a quien abrazar.
—Te extrañé.
—Y yo a ti –me separé para sonreírle.
Ella devolvió la sonrisa, estiré sus mejillas con cariño, extrañaba esa sonrisa.
—Bien, ahora cuéntame todo ¿sí?

. . .

—¿6 meses sola? –Abrí los ojos como plato al escucharla.
—Sí –sonrió confiada–. Bueno, no del todo.
—¿No?
—Mike estuvo conmigo todo este tiempo.
—¿M-mike? –Tragué saliva– ¿e-estuviste c-con un chico?
  Noodle rió a lo bajo y cubrió su boca.
—¡N-noodle! ¿Quién es? ¿Es tu-tu novio? ¡E-eres muy joven para ello!
—¡Mike! ¡Ven aquí! –Gritó sonriente.
—¡¿E-está aquí?! Oh no –empecé a arreglar mi cabello.
—Te presento a Mike.

  Miré hacia los lados y no noté a nadie, miré confundido a Noodle, espero que no se haya inventado un amigo o algo así, eso me daría miedo.

—Arriba –de pronto un mono brincó a sus piernas–. Él es Mike.
—Oh –reí nervioso.

.  .  .