Epílogo

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Después de dos meses de la muerte de Jade, Javier movido por su conciencia decidió ir al destacamento de policía para revelar unos secretos que no le habían permitido dormir con tranquilidad desde hace tiempo.

El joven después de la muerte de su amiga, empezó a sufrir se insomnio debido a que aquello que Jade le dijo en la cárcel, nunca mas abandonará su mente, la falta de sueño y tranquilidad estaban haciendo que bajo sus ojos marrones hubieran unas profundas ojeras que dañaban su atractivo y bronceado rostro, pero decidió no seguirmas con eso, guardado en su mente que sólo lo fatidiaba en las noches y lo estaba debilitando en la universidad.

—Buen día Javier ¿Que se le ofrece?— saludó el oficial mientras tomaba su café de todas las mañanas.

—Yo... Vine a decir unas cosas sobre el asesinato de... Jade Minaya— dijo con voz serena.

—¿Qué?— preguntó con asombro.

—Yo sé quien la asesinó, todo este tiempo lo supe.

—Espere un momento, debo llamar al Coronel, usted no puede decir cosas de esa índole sin la presencia de el— dijo haciendo una pausa para hacer una llamada.

***

En unos momentos el Coronel se había presentado al destacamento y de inmediato llevaron a Javier a un sitio mas privado, osea al cuarto de interrogaciones.

—¿Entonces usted afirma que Raymond Batista, asesinó a cuatro personas?— preguntó el Oficial con los ojos como platos.

—Incluyendo mi sobrina...— añadió El Coronel.

—En realidad Jade fue quién asesinó a Ricardo, ella misma lo confesó, pero Raymond terminó con lo demás.

—¿Y que hay de la amiga de Jade, Amelia?— preguntó una vez mas el Oficial.

—Sobre su muerte no supe nada, solo que fue atropeyada— dijo el mientras se encogía de hombros.

—Eso explica la aboyadura que tenía la 4X4 de Raymond— supuso el Coronel poniendo día de sus dedos en su barbilla.

—Además tengo una especie de diario que explica con detalles todo lo que ella sabía sobre la muerte de sus amigos, lo tomé cuando ella murió porque lo encontré detrás del colchón donde ella dormía— dijo Javier sacando una pequeña libreta con pequeñas manchas marrones de lo que alguna vez fue sangre de su amiga.

—Y se pude ver que tiene unas manchas color café que deben de ser la sangre salpiqueada de ella en el momento en que estaba siendo apuñaleada— objetó el oficial.

—Javier, ¿usted tiene  la menor idea de lo que usted sabía? ¿O sabe usted lo serio que es lo que usted está diciendo?— preguntó el Coronel de manera muy seria.

—Lo sé, pero ya no puedo callarlo más— dijo javier sentado en una silla mientras ponía ambas manos sobre su cabeza y hacía leves sollozos.

—Quiero que nos muestre esa libreta— dijo el Oficial.

—Tomenla, yo no quiero tener eso cerca de mi— dijo artoandola al escritorio con la voz entre llanto.

—Sabes Javier, yo siempre imaginé que el era el sospechoso en toda esta masacre. Desde que mi sobrina desapareció, el era el principal sospechoso y después que tus amigos murieron, inculpamos a Jade de lo sucedido, pero aún así seguí investigando por cuenta propia y te diré algo... Si hubieses hablado antes, muchas cosas se pudieron evitar.

—Lo sé Coronel, pero le prometí a Jade que no le diría a nadie y... Ahora me doy cuenta de qué pude haberla salvado, aveces debemos pensar las cosas con calma y darnos cuenta si en la confianza de un amigo, puede haber un error, ahora me arreoiento de ser tan bueno cin ella, de ni haber pensado mejor— dijo Javier con remordimiento.

—Lo siento mucho muchacho, pero aunque ya sea tarde, podemos aplicarle el peso de la ley a Raymomd por sus crímenes cometidos— dijo el oficial poniendo le una mano en el hombro a Javier.

Después que le pidieron a Javier que se fuera a su casa para que se relajara un poco de toda esa tensión, ambos hombres leían detenidamente cada página de aquella libreta escrita por Jade.

Fue sorprendente ver como la chica ya sabía sobre la muerte de sus amigos bajo señal de una simple pesadilla que poco tiempo después se volvió realidad matando a sus amigos en el mismo orden— pensó el oficial.

***

Tiempo después Javier salió de la ciudad y fue a vivir a Santiago con su hermano en la ciudad corazón, donde trató de iniciar una nueva vida alejado de todos esos malos recuerdos que lo atormentaban viviendo en Santo Domingo.

El sabía que seguir viviendo allá lo volvería loco, y mas aún que ya no tenía amigos, la única amiga fiel y sincera que tuvo murió por su culpa o así lo pensaba el, y antes de tomar la decisión de irse del pueblo, ya el había intentado suicidarse un par de veces por ese sentimiento de culpa que lo invadía muy a menudo, pero mejor decidió alejarse de esos malos recuerdos mudandose a otro lugar.

***

Raymond fue visto el día 20 de junio del año 2016 mientras el estaba en una cafetería que tanto acostumbraba a visitar en puerto plata.

—Buenos días ¿es usted el señor Raymond Batista?

—Sí, ¿en que puedo ayudarle?— preguntó.

—Soy el Coronel Leonardo Jiménez y vengo a apresarlo por los crímenes de secuestro y asesinatos— dijo mientras un grupo de policías iniciaron una invasión al lugar, donde las personas salían desorientadas por la escena.

***

Raymond fue condenado a cadena perpetua por asesinatos y tener una banda secuestradores que lo había delatado tiempo antes cuando se encontró el lugar donde torturaban personas hasta llegar al punto de asesinarlas por orden del mismo.

El en la carcel cada noche era atormentado con pesadillas de las personas que asesinó, y después de 5 años  de prisión, intentó escapar y fue a parar hacía aquella casa del km 5 donde fue visto por última vez y que más tarde encontraron su cuerpo sin vida y ahorcado en dicha casa por razones desconocidas que luego se tomaron por suicidio.

Asesinatos en el Km 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora