Capitulo 17

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Amelia había soltado un bufido y luego abrió la puerta del vehiculo para ver lo que Ricardo le decía.

Ella dio la vuelta, vi como puso las manos en su boca y pudo los ojos como platos.

-¿Que pasó?__ pregunté desmontandome del carro.

-Jade cuidado que hay tachuelas__ advirtió Ricardo.

Yo me bajé con cuidado y me acerqué a mis amigos.

-Maldición__ dijo Amelia pasando una mano por su cabello.

-Pero... ¿Quien pondría tachuelas de tan enorme tamaño en la calle?__ preguntó Ricardo cruzandose de brazos, mientras fruncía la boca de lado.

-Esto si es malo, llamaré a una grúa__ dije sacando mi celular.

-¿Crees que vengan?__ preguntó Amelia con ironía.

-No vale la pena intentarlo, puede que si manden una grúa__ supuso Ricardo.

-Muchachos... yo no tengo señal, llamen ustedes__ dije soltando un suspiro y guardando mi celular.

-Nada más eso faltaba, yo tampoco tengo señal__ dijo Amelia algo molesta.

-Eso si es raro, yo tampoco__ dijo Ricardo frunciendo el ceño.

Los tres nos quedamos sentados en la orilla de la calle, esperando a ver si alguien nos podía ayudar, pero ningún vehiculo se aproximaba y el cielo se estaba nublando en señal de que va a ver una tormenta.

Yo lanzaba pequeñas piedrecitas y veía el rostro de tragedia que tenian mis amigos, después nos levantamos del suelo, ya que estábamos sentados en la calle, nos sacudimos un poco y entramos un momento al carro.

-Bueno muchachos, esto está feo__ dijo Amelia.

-De nada y nos coge la noche aquí__ dijo Ricardo.

-Es raro que no halla pasado ningún vehículo__ dije cruzandome de brazos.

-¡Ey salgan! Se aproxima una 4x4 negra__ expresó Amelia.

De inmediato todos salimos del vehiculo y cerramos las puertas (un grave error).

Los tres empezamos a hacerle seña a aquel vehículo que se acercaba, yo no podía descifrar el rostro del conductor y se acercaba cada vez más.

-¡Por favor detengase!

-¡Necesitamos ayuda!

-¡Por favor!__ dijimos los tres.

Aquel hombre ignoró nuestras súplicas y mejor aceleró su vehiculo, y dejándonos sin esperanza alguna.

Amelia pronunció una enorme grosería, Ricardo y yo la miramos.

-Maldición, deje las llaves dentro del carro y todas las puertas están cerradas__ dijo con enojo cuando fue al carro.

-No podía ser peor__ dijo Ricardo poniendo una mano en la nuca.

-Calmate Amelia__ le ordené haciendo un ademán.

-¿¡Como quieres que me calme!?__ dijo alterada.

-Amelia, este no es un momento para alterarse, mejor pensemos con calma en algo__ dijo Ricardo.

-Ajá ¡Ricardo, como quieres me que "piense en calma"  cuando estamos en una autopista desierta, cerré el vehículo con todas nuestras cosas adentro y lo peor es que nadie nos brindará ayuda porque de seguro pensaran que somos delincuentes!__ dijo haciendo comillas con sus dedos.

Un terrible nublado se aproximaba y estaba dándome la impresión de que en cualquier momento va a llover, los leves truenos acompañados de una fría brisa, se hacían presente.

Asesinatos en el Km 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora