Capítulo 25

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La policía investigaba por todas partes ver si encontraban algún rastro de Patricia. El Coronel Leonardo Jiménez, ya estaba empezando a perder las esperanzas junto a su paciencia.

Esa mañana le avisó a los civiles que se iba a casa porque no se sentía muy bien de salud y quería estar mas tiempo a solas y sin interrupciones para poder pensar con tranquilidad en el caso de su sobrina, por eso mintió diciendo que tenía una migraña para poder irse sin que sus compañeros  le replicáran .

Estando en su casa fue a su oficina personal que había hecho en su hogar para asuntos personales como guardar documentos de importancia legal en algún caso o momento en el que fuesen necesarios.

Sintió un poco de nostalgia al ver una foto enmarcada donde estaban el y su sobrina cuando ella cumplió sus quince años y fueron celebrados en una piscina junto a demás familiares y amigos.

Tomó esa foto en sus grandes manos y la estuvo contemplado por unos minutos mientras sentía un nudo formarse en su garganta.

-¿En que fallé Patricia? Supe desde un principio que no debí haberte dejado salir con ese muchacho y... Mira nadamas, terminaste siendo secuestrada y hasta hoy no tengo idea de saber si sigues con vida.

Hace unos años atrás (2010)

-Coronel su sobrina a crecido mucho, apenas recuerdo cuando solo tenía cinco años de edad__ elogió García, el cual siempre a sido un buen y leal amigo desde siempre.

-Lo sé Mauricio, la pobre no tenía quien cuide de ella. No tiene padre y la familia de su madre no quiso encargarse de ella, así que tuve que hacerme cargo de ella persinalmente, ya que hace años que me divorcie de mi esposa y ella se llevó a mis hijos para Argentina, yo estaba completamente solo por así decirlo, pero ella es como mi hija, no la veo como sobrina así de simple.

-¡Vaya! Aun lo lamentablemento mucho Coronel.

-Esta bien, y por favor Mauricio. Usted sabe que somos buenos amigos desde la academia y cuando estemos en mi casa me gusta que nos dirijamos con nuestros nombres y tutelas. Usted es el único amigo fiel que e tenido en años.

-Esta bien Leonardo, como digas__ Asintió.

-¿Como va el embarazo de Felicia?__ preguntó haciendo referencia a la esposa de su amigo.

-Ya tiene siete meses, ¡ya pronto seré papá!

-Pero no me dijiste ¿con que te bendijo la vida? Si fue una niña o un futuro militar como nosotros.

-Es una niña, talvez en otra ocasión Felicia me de un varón para que me sustituya cuando la edad no me permita seguir trabajando para el estado.

-Esperemos que así sea . Yo quise que mi hijo Frederick fuera a la academia pero el tenía intereses de ser empresario y de igual forma su madre lo llevó a Argentina junto a mis dos hijas Deborah y Daniela.

-¿Que edad tienes sus hijos actualmente? Desde que Maribel se fue del país, nunca más usted me había hablado de ellos.

-Frederick debe de tener 19, Deborah 17 y Daniela 15.

-¡Pero si ya son grandes!__ Dijo con asombro.

-Si__ Asintió con tristeza.

Actualidad...

Para el coronel casi no había esperanza, porque si de algo está consiente es de que hay pocas probabilidades de encontrar a su sobrina, y también sabe perfectamente que si la encuentra con vida sería una bendición, ya que en el 95% porciento de los casos, un desaparecido no es encontrado con vida.

***

Jade sentía su cuerpo temblar por el pánico que la atormentaba, y ese mal presentimiento que no la dejaba en paz.

Lo único que se escuchaba eran los sollozos de Patricia y la respiración agitada de Ricardo.

Por un momento alzé mi rostro y creí ver algo cerca de la cocina, de inmediato me puse de pie.

-¿A donde vas Jade?__ Preguntó Ricardo.

A lo que yo le hice una señal con el dedo de que hiciera silencio.

Caminaba despacio, con el corazón acelerado y mis manos temblorosas.

Hay muy poca luminosidad debido a que habíamos cerrado todo y afuera el día seguía gris.

-Jade quedate a mi lado__ Suplicó Ricardo, y pude notar que si estaba asustado y deprimido. Creo que Ricardo es la persona más sentimental que e conocido y desistí de ir, para sentarme a su lado en el rincón en el que estaba sentado.

Entonces Patricia fue quien se puso pie esta vez y limpiandose las lagrimas de sus mejillas fue hacía la cocina.

Ricardo y yo no dijimos nada.

Recuerdos... Era lo único que habían en este momento en la cabeza de Ricardo, muy en el fondo sabía que iba a extrañar las discusiones con Amelia, aquella amiga con la cual subía su ánimo haciendola enojar con sus locuras.

En mi mente habían un millón de pensamientos y ninguno era positivo, todos en un punto fijo, la muerte...

-Ricardo tu eres como mi hermano, debes prometerme que no morirás y me dejarás sola__ Dije con un nudo en la garganta.

-Jade... No sé si pueda hacerlo, tu misma has visto lo que a estado pasando, es algo difícil de prometer y no quiero fallar.

-¡Prometelo!__ Dije con lágrimas en los ojos.

Ricardo solo se dispuso a darme un abrazo y yo no pude evitar mojar su hombro con mis lágrimas.

-Aunque nunca te lo halla dicho y de a momentos te trate mal, debes saber que te quiero. Siempre fuiste y seras la mejor amiga que tuve__ Dijo susurrando en mi oído.

-Tambien te quiero y se que saldremos de aquí.

En ese momento nuestro abrazo con toque de familiaridad, se vió interrumpido por un grito que escuchamos de Patricia.

Ricardo y yo nos pusimos alerta, al mismo tiempo en que nos poniamos de pie.

-¡Patricia!__Dije llamandola.

-Shhh Jade. Aún no sabemos por que ella gritó__ Dijo Ricardo en voz baja con su dedo índice sobre sus labios y haciendo un ademan de calma para que yo no diera un paso más.

Unos pasos cojeantes acompañados de jadeeos era lo que se escuchaba y una curiosidad enorme hizo que por mi espalda recorriera un inevitable escalofrío.

Gotas de sangre sobre el suelo se hicieron presentes, y Patricia se aproximaba ante nosotros con una expresión de horror en su rostro.

Ahogue un grito cuando la vi, y Ricardo solo bufó una maldición.

Puse los ojos como platos cuando vi que alguien le había cortado la mitad de su brazo, y del cual salía mucha sangre.

-Corran...__ Pronunció con un hilo de voz mientras cayó al suelo,  en ese momento supe que ya Patricia estaba muerta.

Asesinatos en el Km 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora