Capitulo 11

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Desperté de susto al escuchar el canto de un gallo, no es algo a lo que yo esté acostumbrada y por eso fue el motivo del pequeño susto.

Me levanto de la cama y me puse a ordenarla. Sin duda alguna dormí comodamente con una brisa fresca que entraba por el espacio que tenía el aluminio arriba. Después de tomar la ropa que me iba a poner hoy, yo tomé mi cepillo de dientes y me fui a dar un baño con agua fría y a lavar mis dientes.

Cuando terminé de bañarme yo sequé mi cabello y lo deje que formara sus rizos naturales que tanto me gustan.

-Buenos dias mama.

-Buenos dias Jadi.

-Es Jade mama.

-Esta bien Jade, es que olvido por un momento como se pronuncia tu nombre__ explicó la anciana mientras alimentaba a sus gallos y gallinas con maiz.

-Doña Josefa!! Aquí le traigo un racimo de guineos verdes que le mandó papa Ramón__ dijo un muchacho de piel morena con apariencia de tener de veinte a veintiún años.

-Gracias Manuel, ve y llevalo a la cocina__ le dijo la mujer.

-Ahora mismo doña__ asintió el joven y puso el racimo en su hombro y lo llevo a la cocina.

Fue incomodo ver como el se me quedó mirando de una forma extraña haciendome sentir incomoda.

-Bueno Doña Josefa, ya le puse el racimo en la cocina, y mandó a decir papa Ramón que le aproveche.

-Dile que Gracias. Ah, Manuel se me olvidaba presentarte a mi nieta. Ella es Jade, es la hija única de mi hijo Daniel__ dijo mi abuela.

-Un placer señorita__ dijo tomando mi mano y dándole un beso.

-El placer es mío__ respondí al saludo.

-Tienes lindos ojos__ elogio el muchacho.

-Gracias__ dije con una sonrisa tímida.

-Doña la tengo que dejar, porque se me esta haciendo tarde para ir a trabajar.

-No hay problema hijo.

El muchacho se fué a trabajar y yo fui a desayunar.

Ya había olvidado el buen sabor de la avena líquida que hace mi abuela, yo creo que nadie en este mundo sabe hacer cosas dulces como ella. Recuerdo que de niña yo adoraba comer ese dulce de coco que tanto me gustaba, hecho con las manos de mama Josefa.

Después del almuerzo me senté en una de las mecedoras de la galeria a pensar un poco ¿Talvez este viaje yo lo necesitaba de alguna forma? O solo estaba buscando ayuda para no ahogarme en este mar de confusiones.

Lastima que mañana por la mañana yo tengo que irme. Hoy le eh sido de mucha ayuda a mama josefa y es algo con lo que me siento bien de hacer.

Saque mi celular del bolsillo de mi pantalón y ví que estaba descargado, para mi mala suerte olvide traer mi cargador ¿Que clase de persona anormal en este siglo 21 olvida su cargador? Pues yo.

Me sentía un poco aburrida y mama se fue a dormir un rato. En ese momento el tal Manuel se apareció en la casa.

-Hola Joven ¿Y doña Josefa?__ preguntó.

-Ella esta durmiendo una siesta, si necesitabas algo puedes venir mas tarde si quieres__ respondí haciendo un ademán.

-Ah, no... Ya, esta bien. Solo vine para saber si ella necesitaba algo.

-No te preocupes, mañana ella te necesitará.

-¿Mañana? ¿Por qué?

-Por que yo me voy mañana para la capital.

Asesinatos en el Km 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora