cuarenta y dos

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¡¿Qué hacía mi AP del cuarto medio del año pasado en la casa del Caquín?! ¡No tenía idea de que se conocían!

Ese hueón no era mino, sino que llamaba la atención por su voz sensual, eso lo hacía mino. Él pertenecía a la banda del colegio y cantaba la raja. Tenía una voz FM que mojaba a cualquiera.

─Tú ibai en el colegio, ¿cierto? ─le preguntó la Nacha, haciéndose la hueona.

Ella lo conocía tan bien como yo. Si las dos babeábamos por él cuando se presentaba en los actos del colegio.

─Sí. Era el flaquito con el pantalón apitillado que tocaba como el pico ─le respondió él, sonriendo.

─Tocabai bacán ─lo alabé, fangirleando caleta.

Lidia, disimula que erí su fan, por fa.

El loquito se rió con su voz FM y más me mojé.

─Gracias ─me dijo─. ¿Cómo te llamai? Me parecí conocida.

Entrecerró los ojos y me analizó durante unos segundos.

─Lidia ─le respondí─. También soy del colegio.

─Sí sé ─se volvió a reír y miró a la Nacha con signo de pregunta.

─Dime Nacha ─le respondió mi amiga, dándole un beso en la mejilla─. ¡Ya me acordé de ti!

─Wena. También te cacho a ti, de vista.

En ese momento el Caquín salió al jardín con una linterna.

─Nenas, les tengo una mala noticia─Hizo un puchero─, me acaban de cortar la luz.

─No hueí ─comentó la Nacha.

─Hace tres minutos más o menos ─agregó el Caquín.

─Pucha ─le lamenté─. El corte de luz es lo único penca de la nieve.

─Sí, hueón ─corcordó mi AP─, se cortó casi en todo Santiago po. Qué hueá más penca. La batería de mi celular murió al toque y tuve que venir donde este sacohuea y más encima se le corta la luz a él también. Todo mal.

─Puta, si fuera adivino ─se defendió el Caquín─. Y pa peor, mis viejos no están y me voy a cagar de miedo en la noche... Nacha, duerme conmigo.

El Caquín se acercó a mi amiga y le pasó el brazo por el hombro, pero ella se lo sacó al toque y marcó la distancia.

─ ¡Salta pal lao, hueón! ─le respondió la Mendoza.

El Joaquín saltó pal lao y me cagué de la risa.

─Igual te gustaría ─contraatacó el Joaquín.

─A vo te gustaría ─remató la Ignacia.

─Ya, ya, ya, después sigue peleando el matrimonio ─los interrumpió el voz FM─. Caquín culiao, hace pasar a las chiquillas, deben estar cagás de frío.

─Sí po ─metió la cuchara la Nacha─. Pésimo servicio aquí, hueón.

─ ¿Tení estufita? ─pregunté como quien no quiere la cosa.

El voz FM soltó una risa.

─Estufita quiere la perla ─me molestó el Caquín.

─Y lo dice con una voz súper inocente po, hueón ─me hueveó mi AP─. Me dio pena, loco.

─Hueón, no sé prender la estufa a parafina ¿Te imaginai explota la hueá? Soy muy joven pa morir.

─No serví pa nada, Caquín culiao ─Mi AP le dio un pape─. No tení ni un brillo, máquina chuchetumare.

Enamorada de un ahueonaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora