cincuenta y cuatro

3.9K 329 121
                                    

Nunca pensé que llegaría ese momento en el que el Alonso me iba a decir esa hueá...

Se sentía irreal. ¿Y si me lo estaba diciendo de hueveo?

¿Estaba soñando? ¿Estaba dentro de una pesadilla? ¿Freddie Krueger, erí vo?

¿Qué se suponía que debía decirle? Iba a entrar en panic! at the disco.

Solo mantente tranquila, hueona.

─Hace un par de meses me rechazaste, y, ¿ahora me decí que tú deberíai estar pololeando conmigo en lugar del Fede? ─le pregunté con una ceja alzada.

Bueno, con el Fede todavía no estábamos oficialmente pololeando, pero ese detalle era mínimo en ese tenso momento.

─Lamentablemente tuve que perderte para darme cuenta de que te quiero ─me respondió, tomando mi mano derecha entre las suyas y mirándome fijamente a los ojos─. ¿Cómo chucha no me di cuenta antes de que estoy enamorado de ti, Lidia?

Enamorado...

Conchetumare, dijo "enamorado". Esa palabra es demasiado significativa. Para mí, por lo menos.

Nunca pensé que el momento que esperé casi toda mi pre-adolescencia llegaría y yo no sentiría nada de lo que siempre pensé que sentiría.

─Mala cuea ─le dije después de varios segundos de silencio, quitando mi mano de las suyas, lentamente─. Te demoraste mucho, Alonso.

La cara del Alonso se mantuvo igual de afligida que cuando lo pillé planeando esa mierda con la Maca minutos atrás.

─Pero, Lidia... Hace menos de dos meses me dijiste que estabai enamorada de mí y ahora me decí esto... No entiendo ─Se pasó las manos por el pelo, lamiendo sus labios y mirando hacia el lado al mismo tiempo en que movía su cabeza con decepción.

─Hace dos meses, Alonso ─le hablé firme, gesticulando con mi mano─. Dos meses en los que ni siquiera hablamos. Dos meses en los que nos alejamos porque tú hiciste puras cagás.

Él me volvió a mirar a los ojos, dolido.

─ ¿Qué cagás hice? Estaba mal porque terminé un pololeo de casi dos años, y además, la Ágata me cagó y me hizo creer que estaba embarazada de mí, y, para más remate, abortó, ¿esa hueá te parece poco? ─me preguntó alzando la voz.

─No me grites ─lo reté, alzando la voz también─. Obvio que me pongo en tu lugar y es terrible penca, pero la Ágata igual lo pasó mal, incluso, peor que tú. Tú no erí la única víctima. Y además, eso no justifica todo lo que me hiciste sufrir a mí. ¿Te acordai cuando se te olvidó mi cumpleaños porque estabai con ella?

¿Por qué yo siempre sacaba en cara hueás que pasaron hace caleta y que no podía dejar ir? Odiaba esa parte de mí.

─Te pedí perdón mil veces ─respondió alterado─. Y tú también me hiciste hueás pencas. ¿Ponerte del lado de mi ex? Esa hueá no la hacen los amigos.

─Si esa hueá no la hacen los amigos, ¿entonces por qué me seguís considerando tu amiga y me decí que estai enamorado de mí? ─Me crucé de brazos, respirando pesado.

─Porque eso es lo que siento, y aunque esté enojado contigo, te quiero ahora, y siempre te voy a querer ─Levantó su mano y me acarició la mejilla.

Lo único que yo sentía en esos momentos era pena. No pena por el Alonso, pena por la situación a la que habíamos llegado después de que fuimos mejores amigos.

Enamorada de un ahueonaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora