Introducion.

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Una semana completa de malestar, vomito y muchas nauseas a cualquier lugar de iba le hicieron ir al médico, no les contó a sus padres para no preocuparlos y acudió sólo hasta el centro hospitalario. Igual el creía que debía ser un virus o algo a lo que no tenia porque tomarle tanta importancia, al esperar su turno el medico lo recibió con una amigable sonrisa, el medico era alguien muy conocido en la ciudad, todo por su buenas habilidades.

-Lee. ¿que te trae por acá? -le pregunto el medico.

-me he sentido muy mal estos días.

-que tan mal debe ser eso para que vengas al hospital -le comento con una sonrisa el hombre mayor.

Cuando era pequeño le temía a los hospitales y aun los evitaba.

Luego de contarle algunos de sus malestares al medico, le mandaron hacer unos exámenes.

¡Ahhh! -grito cuando la aguja punzo su piel y entró hasta su vena.

La enfermera se aguanto una risa por su profesionalismo, el ver a un chico tan alto que parecía más bien un niño pequeño. Sus gritos llegaban hasta los pasillos y parecía que lo estuvieran matando.

Tendría que esperar una hora para esperar el resultado, ser amigo del doctor le ayudaba bastante, de no ser eso tendría que reclamar los resultados otro día. Al terminar su espera volvió al cuarto donde estaba la oficina privada del medico. 

Tomando asiento frente a el espero los resultados, unos que al llegar no esperó y mucho menos quiso....una noticia que cambiaría su vida...para siempre.

-felicidades Lee, estas embarazado.



Algo inevitable. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora