De todo el tiempo que ha pasado, desde que decidí acercarme a las personas, desde que decidí hacer amigos, esperando que no me fallaran, desde todos esos momentos que han pasado, jamás me había sentido con tanta vida.
He evitado todas esas situaciones cotidianas que, se de sobra cómo van a terminar.
Pero lo cierto es, que a veces las cosas pueden cambiar.
Y el hecho de ciertas personas lo hagan cambiar, es lo que hace que todo vaya mejor.
No sabía que acercarme a Drew me haría pasar tantas diversiones, o que acercarme a Ethan me daría tantos problemas, aunque buenos.
Tampoco acercarme a Ian, que me dieron tantas emociones y revoltijos en el estomago.
Nadie decide quién aparecerá en tu camino a cambiarlo todo.
Por eso mismo solo, tome las maletas, subí al auto, rápidamente llegando al aeropuerto.
Mis padres trabajaban. Se habían despedido en la noche. Lo sabía. Estaban nerviosos.
Porque sabían de que dependía que yo tomara esta decisión tan importante. Y confiaban plenamente en que sabría escoger lo que yo quería.
Llegue a las 10 de la mañana, el vuelo de Drew salía a las 12, así que debía de estar aquí. Justo a la persona a la que buscaba.
El chofer de papa cuido mis maletas mientras buscaba a Drew en la sala de espera, confiaba en que aún no entraba a la sala de carga, hasta que lejos de mi, alcance a distinguirlo nítidamente sentado en una de sus maletas, observando el teléfono y completamente solo.
Camine rápidamente hacia el, quien al notar una figura, levantó la cabeza, mirándose sorprendido.
—¿Amy...?
No pude evitar que mis ojos se llenarán de lagrimas.
—Perdoname.—dije, ya comenzando a llorar.—Perdoname todo lo que te dije, no era yo, estaba tan enojada porque, eres mi mejor amigo y no quiero perderte, cuando supe que te irías antes de tiempo tuve que planear todo más rápido, no quiero que te vayas estando enojados, quiero que triunfes y seas el mejor tatuador de todos, que logres tu sueño y salgas en esos programas de televisión importantes, quiero lo mejor para ti, pero no quiero perder a mi mejor amigo.—Era un mar de lagrimas en el aeropuerto, todo el mundo se detenía a mirarme en mi mar de lagrimas.
—Yo lamento todo lo que dije, Amy, no eres una niña mimada, eres la persona más increíble que conozco, mi primera mejor amiga, la mejor de todas, la que siempre me ha apoyado, sin ti, no sería nada, no tendría esta oportunidad, todo lo que dije de ti no quería decirlo, no era yo y lo lamento, no quiero separarme de ti.
Drew me abrazo y yo correspondí a su abrazo, lo abrace tan fuerte, enserio que lo extrañaba.
Nos quedamos así un buen rato hasta que ambos nos separamos, el limpio lo que quedaba de mis lagrimas y me sonrió.
—Gracias por venir, Amy, lo aprecio mucho.
—No me quedaré mucho tiempo, yo... También me iré.
Drew abrió mucho los ojos.
—¿Irte? ¿Pero qué...? ¿A dónde? ¿De qué hablas?
—Es algo larga la historia, prometo contártela otro día, antes, debo esperar a unos amigos.
Drew me miró desconfiado.
—Amy, quiero saberlo.
—Y lo sabrás, solo, espera un poco y ten paciencia, enserio necesito esperar a alguien.
Drew asintió y me dejo ir, rápidamente corrí a donde estaban mis maletas, cuidadas por el chofer de mi padre, me senté sobre una de ellas al igual que había hecho Drew y me quede en un lugar a la vista, mientras esperaba pacientemente.
Eran las 10:45, a esta hora, deberían de haber llegado ya.
Me quede ahí, quiera, esperando algo. Una señal, algo que me diera a luz de alguna de las personas a las que estaba esperando.
Y si, esperaba a Ethan y a Ian.
O cualquiera de ellos.
Las cartas explicaban la situación, explicaban que estaba a punto de tomar un vuelo a Inglaterra y que la única razón para detenerme era si uno de ellos venía.
Pero les había hablado con franqueza, sobre los sentimientos que sentía por cada uno.
Estaba enamorada de Ian, de eso estaba segura, pero de Ethan no.
Y eso puse en las cartas, mis sentimientos, pero no sólo escribí eso, escribí sus defectos, cada momento que había pasado con ellos, y lo profundo que era mi amistad con ellos.
Había sido sincera, y esperaba a ver si alguno quería verme antes de irme, si alguno aún me quería en sus vidas, si alguno venía y decidía intentarlo.
Eso esperaba.
Pero conforme dieron las 11, perdí esperanzas.
Mi vuelo salía a las 12, al igual que el de Drew.
Le dije que me pondría en contacto con el, explicándole la situación rápidamente, solo me miró triste y dijo 'Tu sabrás lo que haces'
Dieron las 11:15 y ya tenía que entrar a la sala, rápidamente tome mis maletas, con lágrimas en mis ojos, camine rápidamente.
Mi maleta callo al suelo, un imbecil había puesto el pie, voltee a encararlo.
—¡Fíjate idiota!.—grite, pero rápidamente me quede helada al ver a Ian, de pie, sonriéndome.
—Perdone pero, vengo a evitar el vuelo de una dama.
Sonreí, solté las maletas a un lado y me lancé a sus brazos, el rápidamente me atrajo hacia el.
—Ian...
—Amy, a pesar de todo, quiero intentar una historia contigo, así que, no te dejaré tan fácil.
Sonreí, me miraba de forma penetrante, como si nunca me hubiera visto, tome su rostro.
—¿Pero, y si Ethan...?
—No te preocupes por el, entendí que el destino nos quiere juntos a nosotros.—me sonrió de lado.—además, creo que los clichés se vienen mejor con nosotros.
—Créeme que es lo que menos me importa ahora.
Y nos besamos en medio de ese aeropuerto, mientras las personas nos miraban y hasta algunas aplaudían ante tal espectáculo.
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Aléjate de los cliches
HumorAmy Wortted ya ha leido, estudiado, comprendido y ha visto que los clichés no traen nada bueno y lo mejor que ella puede hacer es huir de ellos. Pero esa tarea es sumamente difícil ya que los clichés pueden aparecer en cualquier momento, lugar, hora...