#28 día contra el cliche.

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Este día estaba lloviendo afuera, pero no me refiero a una lluvia normal, prácticamente era una gran tormenta que estaba arrasando con todo el lugar afuera.
Estaba en la sala de mi casa con la situación más incomoda en mi vida.
Tomas y Ethan estaban aquí, conmigo, en la sala de estar, mirándose con odio. Mis padres estaban trabajando cuando se desató la tormenta así que no están en casa y aparte de eso, lidiando con estos dos.
¿Cómo es que llegue a esto?
Oh si, ya lo recuerdo.
Estaba cómodamente con Tomas viendo una película en Netflix, cuando repentinamente el otro inútil había llegado, abriendo la puerta como si fuera su casa y entrando como si fuera el mismísimo rey.
Cuando ambos se vieron discutieron y yo simplemente me quedé viendo televisión, hasta que ambos se cansaron y se sentaron a ver la tele conmigo, pero aun así se miraban con odio.
Y luego llegó la tormenta y estábamos aquí, los tres, viendo películas de terror en Netflix.
—¿Quieres quitar eso? Es basura-Se quejo Ethan, cuando salió la colección de muñecas de la señora, entre ellas, Anabelle.
—¿Qué? ¿Te estás meando del susto en el fondo?-contrataco Tomas y Ethan lo miró mal.
—Claro que no, si no soy niñita como tú, es que es obvio lo que va a pasar a continuación.
—¿Según tú que es genio?
—¡Ambos cierren la boca! ¡Yo quiero ver la película!
Ambos se callaron, mientras escuchábamos los sonidos de las gotas contra el techo de la casa, todo estaba en silencio ya que era el día libre de George y solo estábamos nosotros 3 en toda la casa.
De repente, todo se apago.
Escuche gritos a mi lado, yo solo alce una ceja.
—¿Qué ocurrió?-escuche la voz temerosa de Ethan.
—Am... ¿Un apagón? ¿No es obvio?
—¿Tienes linternas o velas?-preguntó Tomas y yo asentí, sacando la linterna del celular.
Cuando alumbre, Ethan estaba abrazando una almohada y Tomas solo se veía un poco asustado.
Ambos se sorprendieron cuando encendí la luz e inmediatamente se acercaron a mi.
—Vamos por velas.
Ninguno se separó de mí cuando nos dirigimos a la cocina y empecé a sacar las velas, Tomas me alumbraba mientras buscaba y de repente se escuchó el ruido de un vaso rompiéndose.
—¡Mama!-escuche el fuerte grito de Ethan antes de abrazarme, haciendo que dejara caer todas las velas.
—¡Apártate idiota!-aleje a Ethan, quien me miraba perdido.
—Lo-lo siento.
—¿No que no tenías miedo?-Tomas lo miro pícaro.
—Cállate.
—Ya por favor, sólo es un apagón...
Escuchamos un ruido desde la sala, y luego pasos de las escaleras al subirlas.
Ambos chicos dieron un grito, yo simplemente los mire extrañada.
—Son unas nenas.
Los mire mal, mientras encendía varias velas y las iba dejando alrededor de la cocina, a,nos me siguieron cuando fui a la sala y comencé a encenderlas y esparcirlas en toda el lugar, ambos estaban cerca de mi.
Comenzamos a escuchar más ruidos en la parte de arriba y ambos se mostraban nerviosos, no entiendo porque, ¿No veían películas de terror?
—Por favor ya cálmense, me dan ansias.
—¡Estamos calmados!-exclamaron ambos al mismo tiempo y yo rodee los ojos.
Escuchamos algo caerse arriba y rápidamente mire hacia las escaleras, mire a los chicos como diciéndoles que deberíamos ir y a pesar de que ambos me miraron como si fuera loca, me fui y ellos no pudieron evitar seguirme.
Ya en la parte de arriba, camine por el pasillo hasta llegar a la sala de videojuegos al final del pasillo, donde una lámpara de la mesita de noche estaba rota en el suelo, ambos chicos se miraron asustados y yo solo los mire mal.
—Tranquilos probablemente no sea nada...
Escuchamos otro vidrio rompiéndose y ambos gritaron.
—¿Quién anda ahí?-gritó Ethan y yo lo mire mal.
—¿Enserio? ¿Quién anda ahí? Claro quién quiera que esté ahí te contestara que esta ahí y te invitara a tomar el té ¡Idiota obviamente nadie te responderá!
—¡Perdón solo... Solo.... Lo siento!
Ethan se veía asustado, Tomas estaba igual pero dios ¡Esto era cliche! No puedo caer ante esto.
Caminamos de nuevo hacia las escaleras, dispuestos a bajar, cuando los chicos gritaron detrás de mí. Voltee instantáneamente y ellos apuntaron a un punto en la pared, donde se veía una sombra blanca junto a la ventana, los chicos corrieron escaleras abajo dejándome ahí, me acerqué a la ventana y solo era una rama enorme junto al árbol del jardín.
Molesta, me fui abajo mientras ambos chicos se refugiaban en la cocina y permanecían juntos, abrasándose unos a otros.
—Enserio son patéticos, no hay nada en esta casa, solo estamos a oscuras en una noche lluviosa, no es nada del otro mundo, no es una película de terror y deberían saber lo que pasará después de esto, por dios, ustedes solo están inventando esto en su imaginación....
Ambos chicos apuntaron detrás de mí, voltee y vi a una niña de blanco, mirando con una sonrisa malévola hacia mi.
Abrí los ojos como platos, mientras soltaba un grito y corría donde los chicos, lanzándome entremedio de ambos mientras los 3 veíamos como la niña se acercaba a nosotros, con un cuchillo en mano, mientras los 3 nos acurrucábamos en la esquina de la cocina, asustados y gritando.
¡Este era el fin!
De repente se encendieron las luces y los tres nos miramos confusos, mientras la niña frente a nosotros reía a carcajadas mientras detrás de ella salía mama y papa.
Esperen.... ¿¡Mama y papa!?
—¡Pero qué rayos...!
Los dos se hacharon a carcajadas junto con la niña.
—¿Qué te pareció nuestra pequeña broma Amy?-dijo mama, muriendo de la risa.
La mire mal y me safe de esos dos tontos que casi se hacían del susto y mire mal a mis padres.
—¡No puedo creer que me hicieran una broma así! ¡Sobre todo porque saben que odio los cliches!-me queje y ambos se miraron sonrientes.
—Solo una pequeña lección linda-papa me guiñó un ojo y yo lo mire mal.
Lo iban a pagar.

Aléjate de los clichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora