#53 día contra el cliché

124 19 3
                                    

En la noche de ayer, Ethan había tocado la puerta mil veces.
Y ayer.
Y antier.
Desde lo que pasó en la fiesta, no a hecho más que insistir en tratar de arreglar las cosas, George de alguna manera ha logrado que Ethan se quede a raya y no me encuentre.
Me siento mal, pésima a decir verdad. Ethan solo quiere hablar conmigo, arreglar las cosas y yo solo lo dejo afuera de la casa, tocando cada vez que puede. Lo he visto. He visto como Jackson y Matt tienen que llevárselo a rastras de la puerta. Y eso me parte el alma.
¿No será que enserio estoy exagerando las cosas? ¿Será que en cierta manera, quiero apartar a Ethan? La verdad es que no lo deseo, por mi, quisiera tener a Ethan aquí, conmigo, porque la verdad es que lo extraño. Pero como siempre, la cabeza dice otra cosa.
Drew estaba en mi casa, pasaba más tiempo conmigo que de costumbre y eso en cierta parte me extrañaba. Pero no me quejaba, es Drew.
—Apresúrate Drew, ya va a empezar.
Estábamos viendo The Flash, mientras Drew traía un poco de botana para acompañar.
—Aquí traigo todo listo.—Drew traía en sus brazos una bandeja con diversas frutas con chamoy y chile encima.
—Por cierto, Drew, ¿Cómo va eso de tu trabajo? ¿Ya tendrás tu local? Estoy ansiosa, me gusto eso de los tatuajes.
—Están en eso
—¿Qué no estás emocionado?.—Había hablado bastante serio al decir eso.
—Si, muy emocionado, pero aún no sé bien cómo vaya a estar el asunto.
—Vamos Drew, conociéndote, lo harás genial ¡Cuando me mostraste tu cuaderno de dibujos créeme que estaba genial!
—Si, bueno, son solo dibujos, empecemos.
Mire extrañada a Drew, pero el solo se sentó junto a mí en el sofá y puso el capítulo de Flash, mientras yo lo miraba y el solo evitaba mirarme.
Después de un rato no dije nada y seguimos viendo Flash, después de un rato el teléfono de Drew vibro.
—Dame un minuto.—Se paró antes de que dijera algo y salió, dejándome sola.
Me pregunté qué es lo que traería a Drew tan raro, digo, le darán su propio local de tatuajes por un programa de televisión que Drew no estaba ni enterado ¡Definitivamente todo le está yendo de maravilla!
Cuando regresó, venía más pálido de lo normal.
—¿Pasó algo Drew?.—Lo mire preocupada, Drew solo me miró nervioso.
—En realidad, hay algo que quiero comentarte....
—Lo que sea Drew, vamos siéntate.
Se sentó junto a mí, se miraba nervioso por todos los sentidos.
—Bueno, Amy, tú sabes que, esto de los tatuajes fue de pura suerte...
—Tranquilo Drew te irá genial...—Me hizo un alto con la mano.
—Espero y todo marche bien si, déjame terminar.—Me quede callada, mientras él seguía tratando de explicarse.—El asunto es, que el productor de televisión que me vio, maneja su programa directo de Nueva York y de ahí viaja a las tiendas más prestigiosas de tatuajes en los Estados Unidos y el asunto es, que quiere ayudarme si, pero la tienda que quiere abrir para mí, la abriría en Nueva York...
Se me subió a la cabeza un horrible mareo y fue como si me hubieran dado una bofetada en la cara: ¿Enserio entendí bien lo que dijo?
—Espera, deja ver si lo comprendí, ¿Te iras?
De solo pensar en esa posibilidad, me hacía pensar en todo lo que sufriría, en lo difícil que sería, si Drew no estuviera aquí. Es Drew y llego a meterse tanto en mi vida, que la sola idea de que quiera irse...
—Amy, créeme que me lo estuve pensando demasiado, vi todos los pros y contras pero en realidad, es la mejor oportunidad...
De la nada, solo sentí lágrimas en mis ojos.
—Amy, por favor...
—¿Hace cuánto te dijeron?
Drew lució incomodo.
—Me dijeron que existía es probabilidad y que, se arreglaría todo para final del mes...
Faltaban dos semanas para fin de mes.
—¿Puedo pedirte un favor...?—le pregunte, tratando de quitarme las lágrimas de la cara.
—El que quieras Amy....—Había tomado asiento frente a mí, como si cuidara hacer ciertos movimientos.
—Déjame sola, por favor, solo necesito un momento.
—Pero Amy...
—Por favor Drew, lo necesito.
Drew solo asintió y solo escuche como se cerró la puerta de la casa. Estaba completamente sola. Era el día libre de George y mama y papa habían salido todo el día para distraerse un rato del trabajo.
No pude evitarlo y comencé a soltar lágrimas, de solo pensar en eso, que Drew se iría, lejos, muy lejos, me partía el alma. Por eso odiaba encariñarme con las personas, porque salían problemas como estos. Aunque jamás hubiera predecido esto.
Tome mi teléfono y llame a Ian, marcaba ocupado.
Llame a Lira. Marcaba ocupado.
No sabía a quién más llamar, prácticamente ellos eran mis mejores amigos o probablemente los únicos que tenía, aparte de Drew claro.
O estaba Ethan.
No. No podía.
Insisti y marque a Ian y a Lira, ninguno contestaba.
Me sentía terrible.
Me pare y salí de la casa, cruce la calle y al llegar al otro lado, toque la puerta.
Solo vi a un adormilado Ethan salir de la casa, con los ojos algo irritados, pero lucía igual que como lo recordaba.
—Amy, ¿Pero qué...?
Y me lancé a llorar a sus brazos, como si me fuera la vida en ello.

Aléjate de los clichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora