#45 día contra el cliché

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Mama había escuchado de la apuesta con Drew y definitivamente se quiere aprovechar de eso.
—¡Amy! ¡Vayamos a la estética!
—¿Qué?
—¡Te haremos un nuevo look!
—¿Porque debo de hacerme un nuevo look? ¡No quiero!
—Drew me contó de su apuesta y quise ayudarte, tienes un cabello largo y sedoso ¡Pero siempre lo llevas en una cebolla! Debes probar nuevos peinados ahora que estás teniendo este cambio semanal, así que ¡Vayamos a la estética!
Mama me arrastró hacia el auto, donde el chofer inmediatamente emprendió camino a la estética.
—¡Mama! ¡No necesito esto!
—¡Claro que si! Te convertirás en una chica cliché por una semana, ¿quién lo diría?
—No me hagas recordarlo.
—Por cierto Amy, estoy preparando muchas cosas para tu fiesta de 18, solo que debo añadir algunas cosas a la lista...
—¿Qué tú que? ¿Fiesta de 18 años? ¡Mama!
—Ya tengo los preparativos y debes lucir como una chica normal durante una semana hasta tu cumple, así que prácticamente estás haciendo lo correcto.
—¡Mama debes apoyarme, no ir contra mi!
—Lo siento hija, es que estoy tan feliz ¡Ahora tenemos más cosas en común!
En realidad no teníamos nada en común, el hecho diferente ahora es que haremos las cosas que a ella le gustan, como ser una ridícula chica cliché.
Llegamos a la estética y nos atendió una señorita pelirroja, con una trenza en su cabello.
—¡Hola! ¡Mucho gusto! Señora Wortted nos da gusto verla ¿Ella es su hija?
—Oh si, viene a hacerse un hermoso cambio de look, justo así lo quiere.
Mama nos mostró una foto, abrí los ojos como platos.
—No me haré eso..
—¡Pero porque...! Es hermoso y te quedaría perfecto, además debes ser diferente.
—¡Ese cambio será permanente, mientras yo solo aposté durante una semana!
—Solo cortare el cabello y ya, ándale vamos.
Rodee los ojos, contra mama nunca gano.
(...)
Tiempo después, mama me estaba tomando muchas fotografías, yo solo me sentía extraña.
—¡Te queda divino! ¡No, perfecto! Ya le envié una foto a tu padre y a tus tías, quedarán encantadas.
—Si mama lo que digas ¿Podemos irnos?
—Deja voy a pagar, espera un momento.
Solté un suspiro mientras me dirigía a la recepción, donde se encontraba una chica limándose las uñas en el mostrador. Pensé en mi oportunidad de conseguir una amiga para la apuesta, así que me acerqué.
—Hola.
La chica volteo a mirarme de arriba hacia abajo, luego miro mi cabello.
—Te quedo bien el cambio, a algunas les dicen que se les ve bien porque pagaron demasiado por ello, pero en realidad lucen ridículas.
—Me alegra que sea una de las que no lucen ridículas, la verdad es que cobraron mucho por esto.—Demasiado tarde para arrepentirme de mi comentario.
—No te preocupes, la verdad es que aquí es caro no lo niego, por eso es un buen empleo.
—¿Desde cuando trabajas aquí?
—Hace 9 meses, es buena la paga y ya me volví la favorita de la gente, así que una razón más para que no me corran.
—Si que sabes lo que tienes que hacer.
—Solo es sobrevivencia.
Me eche a reír, mientras observaba su increíble cabello rubio con puntas rosa claro, era muy lindo.
—Me gusta tu cabello, es genial.
—Gracias, me lo hicieron aquí, un 80% de descuento, fue bueno el cupón.
—Tal vez debería trabajar aquí entonces para venirme a hacer más cambios de look.
—Es una buena promoción, créeme, pero al final hacen un buen trabajo.
—Me doy cuenta.
La chica volvió a evaluarme detenidamente.
—Soy Lira, un gusto.
—Amy.
—Me agradas Amy, no te pareces a las chicas fresonas que suelen pasar por aquí.
—Lo tomaré como un halago, créeme.
—¿También te molestan? Con su horrible voz chillona y su ridícula ropa de marca, me dan asco.
—De hecho, tienen algo que no me cuadra.
—Me agradas Amy, ten, anota tu numero para que pueda mensajearte, creo que no te podré ver mucho después de esto.
—Claro.
Me pasó su celular, donde inmediatamente anote el mío, luego de un minuto la puerta se abrió.
—¡Llegas tarde!
—¡Vine lo más rápido que pude!
Sabía yo, que mi día no podía empeorar. Ian entraba por la puerta, súper cool.
Voltee a mirarlo apenas lo escuche y él me miró, quedándose por un momento extrañado, pero lo disimulo bastante bien y fue hasta el escritorio, con Lira.
—Siempre se te olvida el almuerzo en casa, debes tener más cuidado.
—Tengo a alguien que me lo traiga, no hay problema.
Escuche a Ian quejarse por lo bajo, esperen... ¿Almuerzo en casa? ¿Qué?
—¿Lo conoces?.—le pregunte aterrada a Lira.
—¿Tú lo conoces?.—Me pregunto alzando una ceja.—Es mi hermano.
Casi sentí como mi respiración se cortaba.
En eso llegó mamá.
—¡Lira! ¿Qué tal?
—¡Señora Wortted! Un gusto verla.
—Veo que conociste a mi hija.
—¿Su hija?
Lira me miraba con los ojos abiertos, yo miraba a Ian, el miraba a mi madre y a mí de vez en cuando, mama solo nos miró a todos extrañada.
—¿Me perdí de algo?
No te preocupes mama, la más perdida soy yo.

Aléjate de los clichesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora