Capítulo 7

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-increiblemente ambas jóvenes pudieron descansar tranquilamente, y como si las dos estuvieran extrañamente conectadas se levantaron casi que al mismo tiempo una segundos después que la otra.

-Clarke miro la hora en su móvil y observó que eran pasadas las seis de la mañana, aún era muy temprano y le pareció buena idea levantarse para ir a darse una ducha antes de hacer algo para el desayuno, suponiendo que lexa no trabajaría hoy. Ya que le debia una explicación y no sólo a ella si no también a las chicas.

-El día era perfecto, estaba frío y levemente nublado pero a la rubia siempre le encantaban esos días donde podía disfrutar de una buena tasa de chocolate caliente y también podía disfrutar el hecho de que los mosquitos no la atacarian, se levantó de su cama y se estiró lo más que la dejo su cuerpo, aspiro el aroma de la camisa y se reconforto al ver que aún tenía el aroma de lexa, tomo unas pantuflas ya que el suelo estaba helado y cuando abrió la puerta de su habitación lexa también salió de la suya, no esperaba que la castaña se levantará tan temprano e inconsientemente se peino un poco el cabello, que pensaría si la viera toda desarreglada.?

-Buenos días clarkie - la saludo la castaña en medio bostezo.

-Buenos días también para ti lexa- le contesto un poco nerviosa. - como te sientes del labio?- apuntó con su dedo el labio de la castaña.

-oh... si no me lo mencionas no lo recordaría- le sonrió dulcemente o Dios!, gracias por darnos a esta hermosa mujer! - eres una muy buena enfermera. - termino diciendo mientras cerraba la puerta de su habitación y la miro a los ojos antes de carcajear un poco dejando algo confundida a la rubia. -oye puedo hacerte una pregunta ?

-claro, que pasa? - le respondió mientras también cerraba la puerta de su propia habitación y miro atentamente a lexa esperando su pregunta.

- tu...tienes algún brasier con encaje ?- miro atenta a la rubia mientras  esperaba su respuesta.

-no... todos mis brasieres son lisos, porque la pregunta?, ocupas alguno con encaje?, porque creo que raven tiene alguno. - miro a lexa que tenía una gran sonrisa que intentaba ocultar pero para sus ojos era muy obvio, no sabía muy bien que pasaba pero lexa la miraba a la cara bajaba un poco la mirada y volvía a sacar esa sonrisa bobalicona.

-no, no... Por nada, iré a preparar el desayuno- Contesto con su sonrisa mientras le daba unas pequeñas palmaditas en el hombro. - bañate con agua caliente, parece que la mañana esta muy fría- le guiño un ojo - te veo abajo.- volvio a carcajear.

-esta bien... - fue lo unico que contesto es la primera vez en todo este tiempo que conoce a lexa, que se comporta de esa manera tan extraña, cuando vio desaparecer a la castaña se dirigió al baño y pudo relajarse un poco más ya que los latidos de su corazón aún eran rápidos, como en todas las mañanas se puso enfrente al espejo mientras comenzaba a quitarse la ropa.

-espera un momento...- se habló a si misma algo asustada y se miro al espejo, joder no puede ser!, tomo la camisa del suelo y se la volvió a poner rápidamente mientras se miraba al espejo.- que vergüenza !! - alzó la voz, como no se dio cuenta antes, sus pezones parecían dos antenas tras esa camisa!, la rubia sentía que sus mejillas empezaban a quemar. - me habrá visto ?... claro que me vio las tetas ! Es imposible no ver eso! -se señaló frente al espejo.- tienis algin brisir cin incaji ! - intento imitar su voz visiblemente avergonzada.

-Porque me haces esto justo hoy... - le hablo a su par de amigas mientras intentaba con un dedo bajar la causa de su vergüenza... ella divirtiéndose de lo lindo en su propia cara mientras que yo no entendia nada.

-En realidad no estaba enojada o molesta con lexa o bueno puede que si este un poco molesta con ella pero lo que más sentía era vergüenza, no por su cuerpo si no porque lexa la vio de esa manera... que pasaría a la hora de ... se me irá la vergüenza ?, la rubia paso haciéndose todo ese tipo de preguntas mientras se duchaba cuando termino envolvió su cuerpo en una toalla y antes de salir del baño se aseguró que la castaña no estuviera y corrió hacia su habitación para vestirse.

Mi mejor casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora