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-que bonito departamento- dije admirando la fantástica vista.

Era un penthouse precioso, muy espacioso, de una decoración elegante y moderna. Tenía una magnífica vista del central Park y estaba ubicado en el corazón de Manhattan.

-es de mamá, fue un regalo de aniversario por parte de mi padre- respondió -siempre está vacío y solo lo usamos cuando estamos en la ciudad- explicó -te mostraré las habitaciones así escoges una-

-no hace falta, puedo dormir en donde tu digas-

-está bien, entonces será esta habitación- abrió la puerta -¿te gusta?-

-por mi esta perfecto- sonreí.

-genial- miró su reloj -tenemos una hora para arreglarnos, así que te dejaré para que puedas darte una ducha-

-¿a dónde iremos?- fruncí el ceño.

-a una cena con un cliente, no quiero dejarte sola… además me gustaría que me acompañaras- dijo -espero que no te moleste, porque si es así, no hay problema. Créeme que te entiendo y no te obligare a hacer algo que tu no quieras-

-está bien, no hay problema- en realidad no me agradaba mucho la idea, pero por él haría lo que fuera.

-¿es en serio?- preguntó con incredulidad -porque de verdad, no quiero que te sientas obligada-

-en serio, quiero ir… además qué más podría hacer un lunes en la noche en Nueva York- bromeé haciéndolo reír -solo dime una cosa- él me miró esperando a que hablara -¿es una cena muy formal? Ya sabes de esas en la que tu vas de traje y yo con un vestido largo, porque no empaque vestidos elegantes-

Me sonrió ampliamente -con lo que uses te verás hermosa, así sea que vayas de jean y zapatillas-

-es en serio Justin- me quejé -no me salgas con eso, no quiero hacer el ridículo-

- tranquila, se que no lo harás… decide tú- fue lo último que dijo antes de dejarme sola.

***

Esto de beber vino no me sentaba nada bien, me miré en el espejo una vez más mientras intentaba mantenerme erguida. Me acomode el vestido, retoque mi lápiz labial y salí.

Justin me esperaba para regresar al departamento, por fin se habían ido su cliente y su hijo, un compañero suyo de la universidad. Caminaba despacio porque lo que menos quería era caerme y hacer el ridículo, al acercarme divisé que la camarera que nos había atendido hablaba animadamente con Justin.

Tengo que admitir que los celos se apoderaron de mi, eso y el alcohol que tenía encima. Me acerqué a ellos y lo abracé por detrás, dejado mis manos sobre su pecho.

-¿nos vamos?-

-claro- me respondió con una sonrisa.

Mire por un segundo a la chica que se alejaba sin decir nada, y no pude evitar sonreír.

Él se puso de pie y luego apoyó su mano delicadamente en mi espalda baja, y caminamos hacia afuera.

-espero que no te hayas aburrido- hablo él.

Yo no podía dejar de pensar en él, en que estábamos juntos y solos. Me estaba volviendo loca, lo deseaba y su mano caliente me estaba quemando.

-no claro que no- nos detuvimos, quedándonos de frente, mirando esos ojos miel -me encantó acompañarte-

Volvió a sonreírme. Se ve tan hermoso cuando sonríe, es tan perfecto que a veces dudo que sea real.

-te dije que te ves hermosa- negué con mi cabeza, su comentario me había hecho sonrojar -estas hermosa… eres hermosa- volvió a sonreír, mostrándome sus dientes -Cameron no dejaba de mirarte- baje la vista y me sonroje, pero él me miraba con seriedad -juro que te comía con la mirada-

-no lo había notado- y era cierto, no niego que era un hombre atractivo pero nada comparado con Justin. ¿Cómo podría fijarme en alguien más?

Estaba apunto de decirme algo más, pero el muchacho del valet parking apareció con el auto que había alquilado.

-me parece que el vino no te hace nada bien- dijo entre risas.

-eso no es cierto- reí -estoy bien, lo juro-

-si tu dices- me dedicó una mirada y luego se concentró en el camino.

-ahora que lleguemos te lo voy a demostrar-

-no hace falta que lo hagas, ya puedo verlo- bromeó.

Seguimos el camino en silencio, pero yo no podía dejar de mirarlo con una boba sonrisa.

Cuando estuvimos en el departamento no tuve mejor idea que sostenerme en un pie, intentando mantener el equilibrio para probarle que “estaba bien”, por supuesto que mi intento no funcionó, termine tambaleandome y casi me caigo si no fuera por Justin.

Sentí sus manos sobre mi cintura, me presionaba con fuerza hacía su cuerpo, y estábamos a unos escasos milímetros de distancia. Mis ojos podían apreciar perfectamente sus labios, cuánto ansiaba besarlo. Alce mi vista y me perdí en sus ojos, en esos ojos miel intensos.

-creo que tu prueba no funcionó- sentí la calidez de su aliento y no pude contenerme. Me acomode en puntas de pie para alcanzar su boca y lo bese, lo bese con desesperación, con necesidad. Deseaba tanto volver a probar sus labios. Subí mis manos y abracé su cuello, las suyas seguían con firmeza en mi cintura.

Justin me correspondió, y me deje llevar. Él me besaba con delicadeza, con ternura, con amor.

Tuvimos que separarnos por la falta de aire y al verlo a los ojos no supe qué hacer, comencé a sentir vergüenza -perdón… perdón… yo no quise- baje la vista -fue solo un impulso-

-Selena-

No lo deje hablar -olvídalo, esto no debió pasar- me di la vuelta y comencé a caminar hacía la habitación -buenas noches- murmure.

Entré, cerré con llave y me senté sobre la cama. Me sentía avergonzada pero no me arrepentia, se que no estaba bien pero estoy enamorada de él.

Oí unos golpes en la puerta -Selena ábreme-

-mejor hablamos mañana- respondi, no quería verlo en este momento.

-tenemos que hablar- me quede ahí, ni siquiera le respondí. Lo oí suspirar -descansa...- se quedó callado, al parecer ya se había ido  -y sobre lo que pasó- volví a escuchar su voz -no me molesto que lo hicieras-





No puedo amar a mi tío [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora