No puedo amar a mi tío [Jelena]

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-¿y Justin?- le agradecía a mi madre el haber hecho esa pregunta.

Mi tía se encontraba en la sala concentrada en su computadora -su madre nos invitó a almorzar-

-¿y por qué no fuiste?- bendita sea por preguntar lo que yo quiero saber.

-porque le dije a mamá que vendría hoy aquí- respondió, ahora si, mirándonos -además tenemos cosas importantes que resolver y a Pattie puedo verla cualquier día-

-me parece un poco descortés lo que hiciste, deberías estar con tu esposo- la estaba regañando, conocía perfectamente ese tono de voz -él no es así con nosotros-

-Mandy yo no te pedí tu opinión- respondió con firmeza -es mi matrimonio y no te permito que te entrometas-

Aunque me moría de ganas de escuchar decidí retirarme y dejarlas discutiendo. Debo admitir que me entristeció no ver a Justin, hasta me había arreglado más de lo normal sólo para que él lo notara; si, es una estupidez pero quería que dijera que me veía hermosa.

Caminé hacia el jardín donde la abuela ponía la mesa.

-hola abue-

Al verme me estrechó entre sus brazos -¿cómo está mi nieta favorita?- rodé mis ojos -no te oí llegar-

-estoy muy bien... y llegamos hace un momento, mamá está con mi tía en la sala-

-te faltó decir que están discutiendo- definitivamente esa mujer era demasiado astuta -yo también intente hablar con ella cuando llegó- suspiró -pero es demasiado terca para oír razones... si Justin se cansa algún día, yo no lo culparía-

Alto ¿acaso tenían problemas? Y lo que es peor, todo el mundo lo sabía menos yo, y se supone que él confía en mí.

Al ver mi cara de asombro, la abuela cubrió su boca -creo que hable de más- dijo -porque no hablamos de otra cosa, como la universidad- no, no de la universidad no -¿cómo te va?-

-bien... ya sabes... la publicidad no es fácil y todos cuentan conmigo- ella comenzó a acomodar los platos y yo intente ayudarla.

-pequeña pinocho te crecerá la nariz- me quede tiesa -sólo procura decirle la verdad a tu madre antes de que sea tarde-

-¿có... cómo lo... sa... sabes?- balbuceé.

-siempre te pones incómoda con este tema y además te vi una vez en el hospital, y cariño... mis dos hijas estudiaron publicidad y nunca las enviaron a un hospital- explicó con una cálida sonrisa -cambia esa cara, nadie más que yo lo sabe... así que ven a darle un abrazo a tu abuela- se acercó a mí con sus brazos extendidos y la abracé, se sentía bien saber que a ella parecía no molestarle -estoy tan orgullosa de ti cariño, sé que serás una gran doctora-

El almuerzo con los abuelos estuvo bastante bien, mamá y Halle dejaron de discutir y no se habló casi de trabajo; bueno hasta que me dieron la noticia de que se irían a Londres por una semana, se irían todos excepto yo.

Tal vez si me lo hubieran dicho hace unos meses me habría molestado y hasta me hubiera quejado, porque uno no va a Inglaterra todos los días, pero la razón de que estaba bien quedarme era que Justin tampoco iba.

Al no estar mis abuelos, en cierta forma estaba a cargo suyo, no es que iba a venir a mi casa o yo mudarme con él, simplemente que si necesitaba podía llamarlo o buscarlo porque él estaría al pendiente de mí. Aunque siendo sincera, hubiera preferido estar bajo la estricta vigilancia del niñero más sexy del mundo, pero yo ya no tengo edad para eso y vivo mi vida lo bastante bien, estando sola.