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-buenos días- oí su voz alegre -pensé que no despertarias nunca-sólo sonreí -no sé qué te gusta desayunar, así que preparé esto- sobre la mesa había fruta cortada en cubos, café, tostadas y mi desayuno de todos los días, leche y cereal -habría hecho hot cakes pero no tengo harina-

-esto es más que suficiente, gracias- tome un tazón y coloque el cereal y la leche.

-por nada- me mostró esa encantadora sonrisa -cuando termines nos iremos, hoy tenemos mucho que hacer-

***

-yo me encargo del jardín y tu de la casa, apenas termine iré a ayudarte- me ordenó y yo asentí.

Cuando entré a la casa y volví a ver cómo había quedado todo, me sentí molesta y con unas terribles ganas de llorar, pero llorando no se limpiaría la casa, así que busqué unas bolsas de residuos, desinfectante, detergente y comencé.

Decidí empezar por los cuartos, eran tres las habitaciones que estaban sucias, gracias al cielo había alcanzado a cerrar con llave la de mi madre. Recogí vasos, botellas y preservativos usados; tuve que tirar las sábanas y en mi cama tenía mis favoritas.

¿Por qué debía tener una casa tan grande?

La sala y la cocina eran lo peor, había una enorme cantidad de basura y agradecía que no hubieran manchado el sofá y la alfombra. Empecé por la cocina y al mirar a través de la ventana que conectaba al jardín me quedé sin palabras, debo admitir que la vista era sensacional.

Estaba de espaldas, parado frente a la piscina con una red intentando sacar los vasos que flotaban en el agua, pero eso no era lo mejor, sino que estaba sin camiseta dejando su torso y  espalda trabajada al descubierto. Si bien mi vista no era la mejor porque estábamos a una distancia considerable, pero eso no impedía que mis ojos recorrieran cada parte de él, su espalda majestuosa brillaba por el sudor, y sus tatuajes lo hacían lucir jodidamente sexy. Mi tatuaje favorito es, definitivamente, las alas en su nuca.

Mordí mi labio inferior, de tan solo verlo, es una obra de arte, un dios griego, es el hombre mas bello que mi vi en mi vida. Podría pasarme la vida admirando a semejante hombre, pero seguramente en algún momento sentiría mi mirada que lo estaba comiendo, literalmente. Así que continúe con mi tarea y cada tanto le dedicaba una mirada rápida, y gracias al cielo no me vio observándolo sino no hubiera sabido qué hacer o donde meterme.

Ya había recogido los vasos y botellas que estaban tirados, me faltaba limpiar el piso y terminaba con la cocina. Estaba de espaldas tarareando un canción que no habían podido sacar de mi cabeza, cuando oí su voz.
-¿cómo vas?-

-bien ya casi ter…-dije mientras volteaba y al fijarme en él, me quedé boquiabierta. Simplemente las palabras no salían y mis ojos no podían dejar de recorrer su torso desnudo.

Tragué saliva luego de que mis ojos bajarán hacia el perfecto six pack de su abdomen que terminaba en una sexy V que se ocultaba en su pantalón. Cuando leí la palabra "purpose" que enmarcaba la parte superior de su ombligo no pude evitar sentirme acalorada, mis ojos volvieron a subir a la cruz en su pecho y al bajar hasta la frase "son of god" mordí mi labio inferior.

-¿estás bien?- oí su voz acompañada de una risa -te quedaste callada-

Sentí un calor que provenía de mis mejillas, seguro era lo más parecido a un tomate en ese momento -si, es… solo que me asustaste…- balbuceé. Acababa de decir una estupidez ¿asustarme? Estaba babeando por él.

-oh… bueno, discúlpame- rasco su nuca en señal de incomodidad -yo venía a decirte que ya termine y quería preguntarte si necesitabas ayuda- sólo asentí -bien, entonces iré a la sala- hizo unas señas con sus dedos mientras movía sus brazos -que bueno que casi terminamos, así podremos hacer algo más tarde-

-¿hacer algo?-

-si, como no estuve muy al pendiente de ti esta semana pensé que podríamos cenar juntos, si es que no tienes planes o tal vez piensas hacer otra fiesta- rió.

Cuando escuche que quería que cenaremos juntos, simplemente no podía ocultar la boba sonrisa que tenía en mi cara -¡claro que quiero!- exclamé, y al notar lo efusivo de mi tono de voz me avergonce -me gustaría cenar contigo- dije sin tanta emoción aunque quería saltar de alegría -y ya no haré más fiestas, esto fue suficiente para mí, aprendí mi lección- agregue con sinceridad -tuve que tirar mis sábanas favoritas- hice una mueca provocando una encantadora sonrisa en él.

-me encanta lo inocente que eres-

No puedo amar a mi tío [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora