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《-este también es para ti Selena- papá me dio el último regalo que había debajo del árbol.

Con cuidado fui quitando el papel que lo envolvía, luego retire la tapa de la caja y lo primero que vi fue una fotografía en un portarretratos. Éramos Justin y yo, él besaba mi mejilla y yo sonreía; era la primera vez que me fijaba en mi sonrisa, y juro que era enorme, porque él me hace feliz, y eso muestra está foto, felicidad.

-¿es de tu novio verdad?- al verlo, no pude evitar sonrojarme.

-¿se nota mucho?- él asintió y se echó a reír.

-te dejaré sola, así no te avergüences-

Suspire como una boba enamorada y volví a sonreír al ver esa fotografía. Luego continúe mirando y había una cajita más pequeña, que guardaba una cadena, de eslabones finos y dorados, con una pequeña y delicada Cruz.》

Sonreía de sólo recordar. Me había sorprendido enormemente con su regalo, y que me lo hubiera enviado a casa de papá era un bonito detalle.

Regresaba a casa de la universidad, ya habían pasado las vacaciones, un año nuevo había comenzado y lo más lindo de volver, fue ver a Justin, aunque sólo hubiera sido un día; porque celebró año nuevo con su familia en Las Bahamas. Habíamos hablado por teléfono en estás dos semanas pero no habíamos podido coincidir porque tenía mucho trabajo y me dijo que tenía noticias sobre su divorcio pero no quiso adelantarme nada hasta mañana.

Yo me moría por volver a verlo, había visto algunas fotografías que me había enviado, tenía su cabello un poco más largo y un bronceado en su piel que lo hacía lucir irresistible. Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo y besarlo, lo extrañaba una enormidad.

Entre a casa, guarde unas cosas en la heladera que había comprado para la cena de mañana, y fui a mi habitación para cambiarme, no soportaba esos apretados jeans ni un segundo más. No alcance a cruzar la puerta cuando me detuve en seco, era imposible ocultar mi asombro -mamá- fue lo único que logré decir.

-Hola cielo- me sonrió y bajó su mirada hacia el portarretratos que sostenía entre su manos.

-¿qué… qué haces aquí?- musité -¿cómo entraste?-

-el portero me dejó entrar, es un señor muy amable- sus ojos me miraron por un segundo y volvieron a la fotografía -¿por qué no me contaste?- camino hacia mi -¿por qué no me dijiste que tenías novio?- yo estaba paralizada, juro que estaba esperando lo peor, sin embargo su tono de voz era de lo más normal, ni siquiera parecía enojada -quiero saber todo sobre él, quién es, cómo se llama, de dónde es, cómo se conocieron… todo, todo- dijo con entusiasmo.

Le quite el portarretratos y lo oculte detrás de mí. Me había sorprendido que no reconociera a Justin, pero no era sencillo porque no se veía muy bien su cara, además tenía puesta la capucha de su sudadera; pero estaba segura que si lo miraba con atención no tardaría en darse cuenta.

-no es mi novio, es decir, estamos saliendo pero no es nada serio-

-porque me mientes, si no fuera serio no tendrías una fotografía de los dos-

-eso no significa nada, es una linda foto mamá- estaba demasiado nerviosa.

-quiero verla otra vez- intentó quitarmela pero yo fui más rápida y la esquive.

-mamá no seas curiosa- le sonreí, intentando apaciguar la situación porque se había quedado mirándome sorprendida -tu sabes que me da un poco de vergüenza de hablar sobre esto, es algo privado… y si te lo iba a contar, lo juro, pero todavía no es el momento- simplemente no sabía qué hacer, y necesitaba cambiar de tema lo más rápido posible porque comenzaba a sentirme acorralada.

-No tienes de qué avergonzarte cariño, soy tu mamá… y si no confías en mí, en quien lo vas a hacer- me sentía mal por ella -pero si no quieres contarme, está bien, lo entiendo- dijo -no voy a presionarte… y disculpame por invadir tu privacidad, yo no quería hacerlo, sólo vine a dejarte unas cosas que había comprado para ti y por eso entre- eso explicaba las bolsas que estaban sobre mi cama.

-esta bien mamá- le sonreí sinceramente -disculpame por hablarte así-

-no te preocupes cariño- me sonrió -porque no me invitas un chocolate caliente-

-Claro, vamos a la cocina- ella asintió y comenzó a caminar, yo entre, guarde la foto en un cajón y la alcance.

Comenzamos a hablar de la universidad y de su trabajo, como para cambiar de tema, mientras yo preparaba las tazas y ella el chocolate.

-se que ya dimos por terminado el tema de tu novio pero- otra vez no -se que en esa foto no se lo ve bien, pero me parece familiar, como si ya lo conociera- ella rió -pero lo dudo, sólo son ideas mías… no me hagas caso hija-

-¿amor dónde estás?- lo oí
gritar.

Si mis ojos pudieran haberse salido de mi cara, estoy segura que en ese momento lo hubieran hecho. No sé en qué momento abrió la puerta y como fue que llegó a la cocina, y juro que en ese momento maldecía haberle obsequiado una copia de las llaves.

-nena tengo una noticia que... - seguro yo me veía igual que él, sus ojos abiertos exageradamente, su boca entreabierta y sus cejas no podían ocultar la expresión de asombro.

-¿Justin?- mamá estaba tan sorprendida como nosotros -¿qué está...?- me miró a mí y luego él -no es cierto- hizo un movimiento con su cabeza -lo siento, debo irme- ella no se escuchaba bien.

Pasó por su lado y lo miró con decepción, yo reaccione intentando seguirla -mamá te lo puedo explicar-

Recogió con rapidez su abrigo y su bolso -no quiero hablar ahora-

-Mandy escucha- insistió Justin.

-Que tengan buenas noches- la decepción se reflejaba en sus ojos y en todo su rostro.

-mamá espera, por favor- estaba apunto de llorar, ella me miró una vez más y salió azotando la puerta.




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Perdón, pero no tenía inspiración. Pero comencé a estudiar, y como saben, este es el momento en el que más inspiración tengo.

Espero que les guste, ya veremos que pasa.

Un beso grande.

No puedo amar a mi tío [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora