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Sonreía como una boba, de verdad que no podía creer lo que acababa de escuchar -me haces tan feliz- le dije cuando pude reaccionar y me arrojé a sus brazos.

-tu también me haces feliz- respondió y correspondió a mi abrazo.

-sabes qué es lo feo de todo esto- seguía sin soltarlo porque no podía creer que me correspondía.

-¿qué?-

-que ahora no tengo ganas de irme-

Nos separamos, pero ahora estaba recostada sobre su pecho y él me rodeaba entre sus brazos mientras yo jugaba con sus dedos.

-no te vayas... ahora sabes que vivo aquí y puedes quedarte el tiempo que quieras, y venir las veces que quieras-

-es que van unas personas importantes a cenar esta noche y mamá me dijo que debo ir si o si... seguro debe estar como loca porque ya debería haber llegado y lo que menos quiero es que venga a buscarme aquí-

-creo que eso no sería bueno-

Suspiré -no lo sería- ambos nos quedamos en silencio -pero podría venir mañana-

-no creo que puedas mañana-

-¿por qué no? Solo tengo que ir al refugio y después tengo el resto del día libre-

-mañana es el cumpleaños de Joe-

-tienes razón- admití -lo había olvidado- y luego recordé que ni siquiera le había comprado un regalo -¡mierda!- oí a Justin reír -no tengo un regalo, Joe me matará si no le compro algo- oí su risa otra vez, seguro por la exageración en el tono de mi voz -no te rías Justin, ayúdame a pensar... tu eres hombre, así que dame ideas-

-pero tu eres su mejor amiga, se supone que lo conoces y sabes que le gusta-

-no me estas ayudando... para que me sirves si no puedes decirme que comprarle- me quejé con dramatismo.

-tal vez no te sirvo para esto, pero si para muchas otras cosas- el tono seductor de su voz hizo que mi piel se erizara y fue peor cuando beso mi cuello.

-Justin- lo llame avergonzada -ahora no- me quejé y una risa ronca se escapó de sus labios -ayúdame ¿si?-

-perdón, perdón- sentí sus labios en mi mejilla -te amo y te juro que fue el último, por ahora- no pude evitar sonreír, maldito y sexy Justin -y si le regalas una camiseta de su equipo favorito de básquet o fútbol, o el deporte que le guste-

-y si le regaló pizza-

-Selena- me regaño dulcemente -te doy una idea y tu me sales con pizza-

-es que Joe ama la pizza, es la verdad- expliqué -pero eso le regale el año pasado...-

-tus regalos son algo particulares- reímos -me dijiste que mañana vas al refugio... porque no escoges un perrito o un gato, si es que le gustan los animales-

Era una gran idea, a Joe le gustan los perros y siempre que me acompañaba al refugio se moría de ganas de adoptar uno.

-¿dije algo malo?- oí su voz otra vez, me había quedado pensando y nunca le conteste.

-perdón- dije -no, al contrario, es una gran idea- sonreí -tendría que hablar con Denise pero supongo que no habría problemas porque ellos ya tienen un perro- salí de mi lugar y me senté mirándolo de frente -gracias por ayudarme mi amor- me acerqué y besé sus labios -eres el mejor-

-ves que sirvo para todo- hablo sobre mi boca y me volvió a besar -si tu quieres, podrías probar para que otras cosas sirvo-

Su comentario me hizo sonrojar -pervertido-

No puedo amar a mi tío [Jelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora