Matthew estaba nervioso y podía darme cuenta de ello con sólo ver como su mano tenía un pequeño tic nervioso, además de que relamia sus labios cada dos segundos y es algo que hace cuando se encuentra en ese estado. Tomó mi mano con cuidado y sonrió, hice lo mismo intentando darle tranquilidad, que sintiera que estaba disfrutando de estar a su lado. La noche realmente era preciosa, no hacía frío, era una de las mejores noches de Nueva York; apenas soplaba el viento y daba la sensación de que el verano se estaba acercando, lo cuál, me parecía increíble.
Sonrió, como tantas veces, soltó mi mano unos segundos para llevar su mano hacia su bolsillo y de allí sacar lo que parecía una pequeña cajita negra; lo miré sorprendida, no esperaba que fuera a darme algo y tampoco quería recibir algo así de su parte, con tener una noche junto a él, de este modo, estaba más que feliz.
─Hailey, antes de que siquiera digas algo déjame terminar a mí. ─asentí sin querer interrumpirle─ Nunca me había sentido de esta forma, cuando estoy a tu lado, tengo en claro que es lo que quiero a mi lado, cuando llego a casa después de grabar alguna escena, me tiro en la cama y al instante de cerrar los ojos tú imagen aparece en mi mente, estoy seguro de que voy a cometer errores estúpidos pero debes saber que siempre serás la persona que tenga mi atención y mi corazón, sé que suena estúpido, pero es así, quiero estar a tú lado, quiero verte cuando me despierte quiero verte por última vez antes de dormir. Quiero saber que estarás ahí, en cada momento de mi vida y que compartiremos muchas cosas juntos, me emociona pensar en nosotros, sólo.. ─calló unos segundos, sentía que estaba a punto de ponerme a llorar allí mismo─ Hailey Dallas, ¿quieres ser mi novia?
Lo miré con una pequeña sonrisa sintiendo que no podía aguantar un segundo más, me levanté de la silla y fui hacia él para tirarme a sus brazos, él rió un poco abrazándome con fuerza, unió nuestros labios al mismo tiempo que asentía repetidas veces mirándolo con una enorme sonrisa.
─¡Si quiero! ─unió nuestros labios una vez más, pasé mis brazos por su cuello atrayéndolo más hacia mí, él sonrió en medio del beso haciendo que haga lo mismo; tomó la pequeña caja y de allí sacó una pulsera de oro que traía nuestras iniciales y un corazón pequeño en medio de ambas iniciales─ Matthew, es hermosa.
─Mereces esto y más. ─negué mientras él estiraba mi brazo y rodeaba la pulsera por mi muñeca.
─No necesito una pulsera si te tengo a mi lado, creo que eso es más que suficiente.
─Es una promesa. ─lo miré confundida y él sonrió─ Recuerdas que Alec le dió su anillo a Dara como una promesa de que iban a estar juntos por siempre sin importar los obstáculos y problemas que vengan en un futuro. ─mordí mi labio con una pequeña sonrisa, era el chico perfecto─ Esta es la nuestra, prometo estar allí, en cada momento. Hails, me importas, me haces bien y sos todo lo que quiero.
─Te quiero, Matt. No sabía que era perder la cabeza por alguien hasta que te conocí.
Él sonrió tomándome de la cintura y besó mis labios sellando la noche, sellando el momento más lindo que quizás no haya tenido nunca, se sentía increíble poder decir que era oficialmente su novia, que después de todo terminé siendo yo a la que eligió y quiso apostar al amor.