100. :narrado:

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─Tenemos que hablar, Hailey. ─la voz de Daniel me había sacado de mis pensamientos, Tyler estaba a un lado de él con una botella de corona en su mano─ Vamos al jardín. ─me coloqué a un lado de Tyler y él no dudó en pasar su brazo por mis hombros y caminar así hacia el jardín de mi casa, cuando estuvimos afuera nos sentamos en el pasto en forma de indio─ ¿Qué está pasando contigo y Matthew?

─¿Sinceramente? ─asintieron─ Creo que es mi culpa.

─¿Qué hiciste estúpida? ─habló Tyler ganándose un golpe de parte de Daniel por haberme insultado.

─Me dijo que me amaba y entré en pánico, no supe que hacer, entonces tomé la cartera y me fui de allí, lo deje sólo.

─¿No han hablado desde entonces? ─asentí mientras suspiraba y jugaba con el vaso que tenía en mi mano, ellos se miraron y Tyler soltó un suspiro.

─¿Lo amas?

─Como a nadie.

─¿Y porqué no se lo haz dicho, tonta?

─¡No lo sé! Tenía ganas de decirlo, juro que moría por decirle que yo también lo hacía y que él era lo mejor que me pasó en toda mi maldita vida. Pero simplemente me quedé muda sin decir absolutamente nada, me dejó en blanco, lo dijo tan tierno y fue un momento hermoso pero me había tomado por sorpresa, entonces sólo huí. ─cerré mis ojos con fuerza sintiendo que estaba a punto de ponerme a llorar─ Cuando volví a buscarlo, él no estaba. Se había ido. Tiempo después, vi la foto que subió Esther.

─Esa serpiente. ─gruñó Tyler─ Ve a decírselo, Hailey.

─Sí, bonita. Ve a decirle a Daddario y al mundo entero que lo amas y estás más que enamorada de él.

Tyler me empujó, prácticamente, hacia el interior de la casa pero al entrar me encontré a Esther junto a Emeraude conversando de algo, la segunda volteó a verme e hizo una mueca de desagrado, reí ligeramente para luego voltear y buscar a Matthew por todos lados, Dom señaló a las escaleras así que supuse que estaría en nuestra habitación. Corrí hacia allá y al abrir la puerta se encontraba sin camisa mirando al gran ropero, justo dándome la espalda.

─Te amo. ─dije sin tantos rodeos, sabía que si decía algo más iba a trabarme y terminaría arruinado todo, él se giró asustado y luego me miró con su ceño fruncido.

─¿Qué?

─Te amo y fui una estúpida por haberme ido así, te amo como no podré amar jamás a nadie, cada parte de mi cuerpo te ama. Perdón, fui una idiota, estoy enamorada de tí, Matthew. Y sí, te amo, no me cansaré de decírtelo.

Él me miró, aún sin expresión, por un segundo pensé en salir corriendo una vez más pero cuando en sus labios apareció una sonrisa, mi cuerpo se relajó, caminó hacia mí y me tomó de la cintura para unir nuestros labios en un suave y necesitado beso, había estado sin besarle durante dos días  enteros había sido realmente horrible.

─Te amo, Daddario.

─Te amo, preciosa.

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