—¡Así no tratamos a nuestros amigos hermanita! — dijo sonriendo.
Su presencia me tranquilizaba.
—Hola muchachos—saludo al resto como si fueran sus pares—lamento todo esto pero hoy no pude venir mas temprano.
Soltó mi agarre del ángel y retiro el látigo de su cuello procurando no tocarlo.
-—Lampy— dijo uno de los plumíferos mirándola con fascinación.
Ese era el poder de mi hermana, era hermosa a mas no poder e increíblemente encantadora.
Me retire lentamente, volví a mirar mi pie, estaba sanando y mi enojo se había disipado, deseaba tanto poder tocar al emplumado para poder torturarlo sin piedad.Ella charlaba con ellos animadamente, lo que mas la caracterizaba era su cuerpo. Parecía una dulce adolescente con cabello rojo y largo con varias trenzas para evitar que le taparan la vista. Era alta, ojos negros y piel un poco mas oscura que la mía, yo era pálida. No nos parecíamos en nada.
Mientras estaba hipnotizada observando a Lampy tratar con los ángeles no había notado los ojos azules que me traspasaban con la mirada.
Rael me contemplaba. No parecía estar enojado, tenia los brazos cruzados y se veía la linea morada de mi látigo en su cuello.-¡Lampy, vamos!— exclame.
Ella se despidió lanzándole un besos a los emplumados.
Levanto vuelo y la seguí.
Me gire para ver si ellos se habían ido. La luz se hizo presente y pareció absorberlos, nunca usaban sus alas aquí abajo. Entonces antes que se extinguiera vi como Rael me lanzaba una sonrisa fugaz.¡Maldito ángel idiota!
Me detuve a mitad de camino y aterrice.
-¿Que ocurrió allá?—Inquirió mi hermana.
Tenia mi pie entre sus manos y estábamos sentadas en la ladera de la montaña. Me rasque la frente e intente pensar. Ella sabia que había pasado pero no era eso lo que me preguntaba.
-No se. Él me toco. Nunca jamas nadie lo había hecho.
-¿Te dolió?
-No fue el dolor lo que me asusto. Creo que sentí algo mas — mi corazón bombeaba con fuerza la recordarlo.
Confesarle estas cosas a ella me era difícil pero no tenia a quien mas contárselas.
-Es nuevo. Tal vez olvido las reglas básicas. Él también se lastimo la mano. ¿Lo viste?
Ni siquiera lo había pensado.
Al tocarme él también tomo un riesgo.
¿Qué clase de idiota era ese?-No me fije—la mire a los ojos.
Su mirada parecía querer decirme algo a los gritos. Y comenzó a hablar.
- Él esta siendo entrenado desde hace tiempo, lo vi algunas veces. También trate con él en el mundo de los hombres. Aún cuidaba a...
-¿Qué?—La mire con el ceño fruncido—¿Tú hablas con los ángeles en el mundo humano?
-Si ellos tienen misiones como yo—dijo con indiferencia—Muchas veces me vigilan, conozco a muchos. Sabes que algunos son guardianes en la tierra.
-¿Pero por qué te relacionas con ellos? Sabes las reglas...
-Allá arriba las reglas no aplican como aquí Bennlie. Es diferente.
Eso detuvo todo lo que iba a reprocharle. Yo no conocía otra vida mas que esta, en la eterna noche y en la eterna oscuridad. Siempre rodeadas de fuego y sufrimiento, con las almas lamentándose.
Ella volvió a hablar.
—A veces no deseo regresar aquí. Pero soy mas demonio que humana. Allá soy peligrosa para todos.
Su reflexión me estremeció. Había crecido tanto.
Ya no era mi hermana pequeña.
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BENNLIE |COMPLETA
FantasíaMi vida en el infierno era casi placentera, mi único deber vigilar que las almas no escapasen. Eso era: Guardiana. Pero todo mi mundo dio un giro cuando uno de mis hermanos deserto, llevándose con él libros poderosos y poniendo en riesgo nuestra ex...