EXTRA III

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POY:

La fiesta de celebración ya había acabado, buscaba a mi hermana por todos lados pero no había señales de ella. Al ser la mas pequeña debía vigilarla de cerca siempre, le encantaban los dulces y mi deber era evitar que le diera diabetes de tanto comer.
Busque en la cocina, en los jardines exteriores, en el estacionamiento y finalmente me rendí.

—¿Buscas a alguien? —La voz masculina provenía detrás de mi.

—Si, has visto una... —me quede estupefacta, sorprendida mirándolo fijamente.

—¿Todo bien? —quiso saber.

Lo había dibujado tantas veces que no creía que fuera real, parecía un lejano sueño tomando forma de realidad. No sabía que sentir, o que pensar. Gire y salí rápidamente de ahí.

Vi a Lampy sin zapatos caminando en mi dirección, estaba tan cansada como yo.

—¿Dónde estabas? —pregunte.

Pero ella evito la pregunta, me miraba extrañada.

—¿Qué te pasa? ¿Viste un fantasma?

—Cerca...

—¿Alguien te asusto?—inquirió divertida acercándose.

—Lo vi, es real. Plasme su rostro cientos de veces en un papel, me se de memoria cada trazo de cuerpo. ¡Pero ahora no supe como reaccionar!

Estaba sorprendida, se llevo las manos a la boca ahogando un grito.

—Es Uriel... ¿Dónde lo viste? ¿Le hablaste? ¿Qué te dijo?

—No dije nada, por que entre en pánico y salí corriendo.

—¡Que exagerada... Ve y habla con él!

Tomó mi brazo y me arrastró nuevamente adentro, no sabia como podía soportar andar descalza por las gravas.

—Allí esta —soltó un leve silbido impresionada —Que bien le queda ese traje.

Hablaba con algunas mujeres que lo rodeaban por completo. Parecía un hombre de negocios.

—¿Por qué estará aquí? —cuestione

—Parece tener dinero, tal vez sea el dueño del lugar.

—Bien, vámonos... —dije volviendo por donde vinimos.

—Oh por Dios, ve y hablale.

Volví a tomarla de la mano para arrastrarla hacia afuera, pero impuso fuerza hacia el lado opuesto, parecíamos dos niñitas peleando por un peluche. De repente me soltó y caí hacia atrás en una mesa donde había varias copas vacías. Una de ellas reventó por el impacto provocandome un horrible corte.

—Lampy... —quise decirle algo, pero la sangre comenzó a brotar poco a poco.
Tome una servilleta e intente limpiarme pero no era suficiente, tal vez necesitaría sutura.

Sentí como algo era rajado, él había roto un mantel y venia hacia mi.

—Intentemos frenar la sangre —hizo un torniquete con la tela en mi brazo, creo que exageraba un poco.

BENNLIE |COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora