33- El principio del final II

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Capitulo dedicado a DK1221

Ya casi casiiii...
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No piensas en muchas cosas antes de morir, porque tu mente no tiene la capacidad de repasar cada instante feliz que viviste, yo sólo pensé en él y nuestra noche en la azotea, en las estrellas fugaces y en el beso. No hubo nada mas que ese sentimiento.
Mi corazón latía muy rápido, sentía la sangre correr por mis venas a toda velocidad, mi piel estaba fría como si ya estuviera muerta, el miedo se había disipado y el valor inundaba mi pecho, por unos cuantos días había sido feliz y eso era lo único que importaba.
Mire a Lampy por última vez, ya no seria la misma sin mi pero sabia que lucharia y no se dejaria vencer.
Ame mas estas semanas de mi vida que el resto de mis años en el infierno, porque había vivido.
Escuche atentamente el rugir de las olas, la brisa fresca que llegaba del océano, las nubes que se aglomeraban en el cielo oscureciendo el panorama, el llanto de mi hermana pequeña.
Di un ultimo respiro y retuve el aire en mis pulmones.

Espere la herida, espere la sangre... Espere...
Abrí mis ojos y me vi envuelta en una humareda negra que brotaba de la tierra volviendo mas denso el aire, olía a quemado y azufre. Ninguno me prestaba atención estaban tratando de descifrar que era todo aquello. Mi padre aun me apuntaba con la espada dispuesto a asesinarme, pero tenia la mirada perdida en aquella situación.
El humo se hizo mas oscuro casi nos cegaba, vi como las llamas surgían del suelo y de ellas salía una figura masculina, fuerte, alto y completamente imponente, tenia las alas negras y las arrastraba al caminar, sus ojos parecían llamas ardientes.

—¿Lucifer?—dijo Belial extrañado.

Él se detuvo fijamente mirándolo con desprecio, todos mis hermanos agacharon la cabeza.

¿Que sucede aquí? Por lo visto hay una fiesta y no he sido invitado.

La incredulidad se plasmaba en el rostro de cada uno de ellos, no tenían idea de que sucedía y por que Lucifer estaba aquí.

—Y-yo no...

—¡Callate! Maldito imbécil, te lo di todo, te di la posibilidad de tener a tus bastardos, eras mi segundo al mando y confíe en ti.

Los demonios inferiores se hicieron presente, ellos eran guerreros de Lucifer, defendían el infierno. Todos eran como calaveras humanas que apenas estaban dejando de tener carne. Repugnantes e insaciables, adoraban la carne humana.

Lucifer continuo hablando:

Recibí esto a través de un eterno, debo decir que me sorprendió. Un pergamino llagando a mis manos diciendo que uno de mis demonios iba a traicionarme no es algo usual, me sorprendió, si. Pero, ¿Quien diría que el traidor seria Belial?. Realmente creí que estabas de mi lado, pero en realidad querías derrocarme.

BENNLIE |COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora