25- Lluvia

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Ese día llovió, me quedé hipnotizada mirando caer el agua. Por mas intentos que Rael hiciera para hablar conmigo eran en vano, no estaba enojada pero en cierto punto me sentía decepcionada de él y de Poy.
Más de ella, esa mañana me había dicho que extrañaba a Uriel, que lo que sentía era profundo.

Era tan confuso, ¿Puedes querer a alguien y andar besándote con otro?

El día transcurrió sin problemas, la doctora pudo traducir algunas cosas más pero era como un acertijo, como un cuento sin sentido.
Las horas pasaban demasiado rápido, nuevamente la noche arribó, una tormenta se formo en los cielos; rayos y relámpagos alumbraban la oscuridad, mire en la ventana como las gotas se deslizaban por el vidrio frío.
En el fondo, ese temporal imitaba lo que ocurría en mi interior, los sentimientos se revolvían, mi cabeza formulaba preguntas tormentosas.

¿Por qué yo? ¿Cómo lograría resolver algo catastrófico? ¿Por qué me sentía tan confundida con mis emociones? 

  -Ven mi niña, me gustaría poder dormir con mi hija como cuando eras pequeña.- dijo la doctora.

  Sonreí levemente, me derrumbe en la cama junto a ella en un abrazo. Era tan familiar, su aroma y su suavidad. Era mi mama.

  -¿Qué es lo que te tiene tan triste? 

  -Aparte de que el mundo de los hombres depende de una nephlim demonia, una nephlim ángel, un ángel protector y una humana, no mucho. 

  -Dime, ¿Cómo puedes mentirle a tu madre? - dijo alarmada.
 
  Aquello provocó en mi una risa. Me costaba asimilar que ella era mi madre, nunca había tenido una. Y de repente la tenia aquí conmigo abrazandome y acariciandome el cabello.

  -No me ocurre nada, sólo que soy nueva con todo esto de vivir y sentir que creo que estoy confundida.

  -Sé que tuviste una existencia difícil. Pero nada que no podamos afrontar juntas y solucionarlo. 

  -No puedo quedarme—dije.
 
  -Lo sé—dijo en un suspiro—quiero disfrutar de mi niña preciosa. Nunca deje de pensar en ti, cada noche de mi vida ore a Dios para que volvieras a mi... Y mira, aquí estas.

  No dije nada , no quería que se desilusionará. Nos quedamos calladas unos instantes

  -Me dirás que te ocurre o debo sacártelo.

  Frunci el ceño y comencé a contarle.

  -Hoy vi a Rael y Poy besándose en el baño, al verlos sentí algo que hizo que mi corazón doliera. 
 
  -¿Celos?—dijo sonriendo
 
  -Creo que si—murmure.
 
  -¿Él te gusta, cierto?
 
  -No sé que siento... 

  Tomó mis manos entre las suyas y las presionó.

  -Por lo del beso no deberías preocuparte—dijo estrechando mi mano con la suya.
 
  -¿Por qué no?
 
  - Yo la envíe a besarlo.
 
  -¿Qué?—dije saltando de la cama.
 
  -Necesitaba saber si ya eramos inmunes a la vista de los Arcángeles y demonios. Si sabía que te gustaba te hubiese enviado a ti.
 
  -¿Y cómo un beso puede revelarnos eso? 

  -Si ellos los hubiesen visto, el ángel seria castigado. Pero nada ocurrió y él esta allí abajo en sillón mirando la lluvia 

  -¿No se fue?—inquiri extrañada.
 
Él siempre se iba al anochecer, debía informar su día o algo así a sus superiores.

  -Ya te dije, no se fue. Esta allí abajo mirando la lluvia. 

  Lo dude un momento, ella quería estar conmigo pero algo me decía que fuera con Rael.

  -Ve con él—dijo ella.
 
  -¿No te enfadaras?—cuestione. 
 
  -No, vete ya...
 
  Me levante y tome un abrigo, el diluvio había provocado el descenso de la temperatura.
Baje las escaleras con cuidado, intentando oír si estaba con alguien mas, el silencio reinaba escaleras abajo.
Intente no hacer ruido, lo encontré en el sillón recostado mirando hacia un punto fijo. Tenia un brazo detrás de la cabeza, su cabello revuelto caía sobre su frente casi tapando sus ojos azules. Estaba inmóvil como una estatua, casi no respiraba o al menos no parecía hacerlo.

  -¿En qué piensas? —pregunte.
 
  -En la vida...  

  -¿extrañas tu vida?—cuestione acercandome. 

  -Extraño lo básico, lo que crees que no es importante. 

  -¿Cómo qué?
 
  -Sentir..  

  Me senté a su lado y Él se acomodo para quedar frente a mi.

  -¿No sientes nada?
 
  -Siento si, pero es menos profundo aquí. Es como Lampy, ella solo es demonio en parte, yo conservo los sentidos en parte.
 
  -Entiendo... —decidí preguntarle—¿Qué sentiste cuando ella te besó? 

  -Nada...
 
  -¿Por qué no?
  
  -Por que elegí no sentirlo.
 
  Guarde silencio y miré las ventanas donde el viento azotaba con fuerza.
Él toco mi cabello, un mechón se había salido, volvió a acomodarlo detrás de mi oreja.
Una sonrisa se asomo en sus labios, sus ojos brillaban. Mi corazón se acelero cuando vi como me miraba.

  -Te he buscado toda la vida—soltó de repente—Te encontré donde menos los esperaba.
 
Me quede sin palabras, miré sus ojos resplandecientes, el aire de la habitación se hizo mas pesada. Me costaba respirar.

  -No entiendo lo que siento por ti—dije tímidamente—nunca sentí algo así.
 
  -Yo te ayudare a descifrarlo—se acerco hasta quedar a centímetros de mi.

Mi pulso se elevo al máximo, la electricidad hizo que me estremeciera, estaba atenta a todo lo que ocurriera.

Se acercó un poco mas y besó mi frente.

  -No quiero ir rápido y arruinarlo—dijo sonriendo.

Solté en un soplido todo el aire que estuve reteniendo sin darme cuenta.

Él se divertía conmigo. Me tomó en sus brazos y me recostó en su pecho.

  -Adoro esto—dijo acariciando mi cabello.

  Lo mire desde mi posición, era tan perfecto, su piel cálida, sus labios tentadores y sus ojos azul cielo.
Paso sus manos por mi cuello y mis hombros desnudos.
Sus caricias eran tan protectoras, me sentí tan segura en sus brazos que me quede dormida.

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Gracias por leer
Con amor
Yanni 😘

BENNLIE |COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora