01- Cambios de Labor.

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Extendi mis alas.
Mis preciosas alas negras, fueron un regalo de mi padre.
Volé hacia el río de los condenados observando el flujo de almas que gritaban desesperamente, movían todas sus extremidades intentando hacerse lugar en la superficie, eran millones. Recorrí todos los ojos que me miraban al pasar, estiraban los brazos intentando tocarme. ¿Cómo se atrevían? Saque mi látigo y comencé a azotarlos para que alejaran sus manos de mis pies.
Sus pecados en la tierra los habían traído aquí, este era su castigo. Nunca logre comprender porque seguían lamentándose si sabían que nunca se liberarián de la condena eterna.

Apunte mi rumbo hacia el castillo Oscuro, unos momentos antes había  recibido el mensaje de la gárgola de mi padre.
Las gárgolas eran las mejores mensajeras del inframundo, no podías sacarle ninguna palabra si el mensaje no iba dirigido a ti.

No negaré que le tenia miedo a Belial e iba apresuradamente a su encuentro, llegue antes de lo esperado.
Termino sus diligencias demoniacas y vino a mi.  Sonrió un poco al verme, puso sus manos en mis hombros y los presiono levemente, esa era su forma de demostrar afecto, respiro profundo y comenzó a hablar:

—Hoy debes encargarte de las negociaciones.

>>maldición<<

Pensé en mi hermana.

—¿Y Lampy?

Ella era la encargada de las negociaciones. Adoraba ver a los plumíferos que llegaban a reclamar almas.

Me dio la espalda y comenzó a marcharse.

-Ella esta en el mundo humano. Vuelve hasta unas horas. Hazte cargo de ellos. Sabes las reglas básicas. Y Bennlie—giro y me miro con el ceño fruncido— No te muestres débil.

Siempre pensaba eso de mi, que era débil.

-Por supuesto que no.

Encamine hacia la negociación.

Los ángeles raramente bajaban al infierno, solo lo hacen para dar mensajes del creador o en este caso reclamar almas.

Lampy era la mejor negociando, ella lograba que los ángeles se conformaran con muy poco y ante los ojos de nuestro padre era inigualable.
Yo odiaba tener que asistirla, solo la acompañaba si había probabilidades de fracaso. Y según ella yo atemorizada a los Ángeles  con mi presencia, y  también por la forma que los miraba.

Pero desde que había subido a la tierra de los hombres todo entre nosotras había cambiado. Era la misma Lampy, con su locura pero algo en su interior se modificó, y por mas que quisiera que me contara sus penas no podría guardarle un secreto, ella parecía saber esto y trataba de alejarse de mi.

Pero hoy era mi turno de interceder, como demonio sabia todo sobre las almas del infierno. Era una gran habilidad.

Desde que se cambiaron las reglas del cielo, toda alma debe esperar en el purgatorio del infierno. Y si los ángeles creen injusto un juicio vienen a buscarlos.
Justo como hoy.

BENNLIE |COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora