BENNLIE |COMPLETA

17- Emociones

Dedicado a RomiCalderon
Gracias por leer!
Los adoro!
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¿Dónde estaba?
Mis ojos se abrieron para presenciar el horror.
Ella estaba arrodillada con las manos atadas detrás de su cuerpo, lágrimas caían de sus ojos haciendo que su cabello se pegara a su rostro, su expresión triste y resignada me asusto. Todos mis hermanos estaban a su alrededor y ninguno la ayudaba, comencé a contarlos.

Eran seis hombres: Redi, Dairon, Chance, Aiden, Gamaliel y Dión.

Seis mujeres: Kairah, Naheila, Skay, Miheidi, Arlet y Lampy. Siete conmigo.

Todos en sus rostros tenían una sonrisa perversa, Lampy en el medio rogaba que no la mataran, se veía tan frágil que quise protegerla, pero mis manos estaban atadas con cadenas, quise ponerme de pie y las mismas me lo impidieron. No comprendía que era lo que ocurría, ¿Por que todos querían asesinarla?;grite pero nadie me prestaba atención, Dión se acerco con un libro entre sus manos, leyó un pacto, mi hermana era el pago, saco una daga embarrada de sangre. La iban a sacrificar.

>>Sangre de Ángel<< pensé.

En dos pasos se acerco a ella, la tomo del cabello y levanto su rostro hacia el cielo, sus ojos lloraban sin cesar, tomo la hoja de la daga y atravesó su garganta de un extremo a otro. La sangre teñia el pecho y la ropa de mi hermana.

- ¡LAMPY!- grite desesperada.

- Bennlie, despierta. Es solo un sueño -dijo Poy sacudiéndome.

¿Sólo un sueño? ¿Podría un producto de mi inconsciencia parecer tan real?
Respiraba rápidamente, mi rostro estaba cubierto por una fina capa de sudor.

- ¿Qué paso? -pregunte.

-Tuviste una pesadilla- explicó -a muchos nos pasa, era solo un mal sueño.

Lo que soñe era mi peor miedo, que lastimaran a mi hermana, pero ella estaba bien, dormía al otro lado de la cama. Me tranquilice al verla tan pacifica, estábamos en otro hotel descansando.
Me levante para despejarme, vi que Poy estaba con el pergamino tratando de descifrar algo.

-¿Pudiste deducirlo? -pregunte.

- Algunas palabras, pero quiero irme a descansar así salimos en la noche.

- ¿Y Rael? -quise saber.

Me miro y sonrió.

- Se fue un rato arriba.

- ¿Al cielo o al techo?

- Cielo.

Quería ducharme y cambiarme la ropa sudada pero no encontraba la mochila con las cosas, me rendí y decidí volver a usar lo mismo. Ya eran tres días que estábamos aquí, no había señales de amenazas del apocalipsis. Estaba mas tranquila pero sabia que podría desatarse en cualquier momento y me inquietaba. Me duche rápido y volví a salir para ver a Lampy, que aún dormía.
Recorrí la habitación para asegurarme que no había nadie mas, una bolsa llamo mi atención estaba sobre la mesa junto a un plato con comida. Pensé en Samael, me acerque para ver que contenía. Una nota estaba doblada sobre el plato.

"Disfruta un poco de los panqueques, te compre ropa nueva, no me gusta que solo uses negro" -R.

- Rael... -dije sorprendida.

Al principio fue extraño pero lo que había dentro era hermoso. Un pantalón muy decente y una camisa.
Unas botas para poder correr.
Había sido muy atento al comprarlo y lo tomé como ofrenda de paz entre nosotros.