Capítulo 4

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-¡Eva despertate, son las 2:00 de la tarde!-Gritó Ana haciéndome caer del sillón.

-¿Qué?

-¡Que son las 2:00 de la tarde!

-Son vacaciones Ana, no...

-¡Dale!

Anoche nos quedamos dormidas. En el sillón. Es lo único que recuerdo.

Me levanté del suelo y me dirigí hacia el baño.

-¡¿Qué mierda tengo en la cara?!-Grité, mirándome en el espejo.

Tenía toda la cara llena de pintura roja. Y dura.

-Esmalte de uñas...-Dijo entre carcajadas.

-No te rías porque me voy a vengar.-Respondí, buscando quita-esmalte.

Estuvimos toda la tarde acomodando y limpiando el departamento. Era lo único que podíamos hacer, ya que el día anterior lo habíamos pasado por arriba, pero en algún momento tendríamos que sacar todas las cajas de la mudanza del living.

Después de hablar un rato con Ana y consolarla decidí darme una ducha. Ella había estado tratando de hablar con Federico durante todo el día, y el celular daba siempre ocupado o apagado. Muy raro, ya que, según sabíamos, él tenía pemitido llamar y recibir llamadas exteriores.

Me metí en la ducha y puse música.
Cuando salí, decidimos hacer un postre. Teníamos ganas de comer algo dulce, y a Ana y a mí se nos daban bastante bien los postres.

Lo pusimos en el horno y Ana se fue a bañar.

-¡Miralo que se cocina rápido!-Gritó Ana, cerrando la puerta del baño.-Se quema y te mato.-Dijo volviendo a abrir la puerta.

Estaba sentada en el sillón viendo la tele, cuando tocaron la puerta.

Cuando me paré a abrir, ahí estaba... ¿Qué hacía acá? ¿Cómo sabe dónde vivimos?

-¡Eva!

-¡¿Marcos?!

-Te extrañé mucho.-Dijo abrazándome.-Veo que seguís sin crecer.

-Por lo menos yo maduré...-Me burlé.

-Eso dolió...-Dijo poniéndose una mano en el pecho, fingiendo estar dolido.

-¿Cómo supiste que vivimos acá?-Pregunté.

-No te lo vas a creer, pero vivo enfrente.

No entendía nada.

Esbozé una sonrisa amplia, que luego se desvaneció. Igual, ¿cómo sabía que este era nuestro departamento?

-Lucas me contó todo lo que le había pasado con vos y me di cuenta de quién estaba hablando.-Explicó al ver mi expresión.

No supe como reaccionar así que simplemente sonreí. Lucas le había hablado de mí.

-Vení a mi departamento que te explico mi plan.-Dijo.

-¿Qué plan?-Pregunté.

-Uno que hice para... para estar con Ana.-Hizo una pausa.-No pienses que estoy loco.

No, ¡para nada!

Iban a secuestrarme. ¿Qué carajo? Dios, apareció de la nada con una especie de plan para conquistar a mi mejor amiga.

Entramos a su departamento, yo dejé la puerta abierta. Dijeron que el edificio era seguro. O eso creo. Escuchamos un ruido.

-¿Qué es eso?

Confía en mí (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora