Capítulo 20

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Despertar llena de baba en la cara y con pelos en la boca no era lo mejor del mundo.
Pero Lucas seguía ahí, así que antes que me vea me levanté y fui al baño. Yo sé que no tenía por qué darme vergüenza, pero no era mi novio ni mucho menos.

Me puse lo más presentable que pude y volví a acostarme como si no hubiese pasado nada.

Lucas empezó a moverse por el ruido de la alarma y yo cerré los ojos rápidamente.

Se levantó de la cama y fue al baño.

-Eva.-Dijo suavemente con la voz ronca.-Despertate.

-No.-Dije y me acomodé en otra posisión.

-Dale, son como las 10 ya.

-Ya voy.-Respondí.

-Eva.-Susurró. Me había quedado dormida otra vez, ¿cómo pasó eso tan rápido?

-No.-Gruñí y me giré para darle la espalda.

Sentí cómo Lucas se subía a la cama y sonreí. Me corrió el pelo dejando mi cuello libre y depositó un beso húmedo.
Me estremecí y se me puso la piel de gallina.

Abrí los ojos y lo miré directamente.

-Eso es juego sucio.-Dije.

Sonrió y se encogió de hombros alejándose hacia el baño.

Me levanté kentamente y me quedé sentada en el borde de la cama, mirando por el gran ventanal todos los edificios.

Entré al baño sin pensarlo y me apoyé contra el marco de la puerta al ver a Lucas afeitándose. Ay Dios, qué sexy.

-Buen día.-Dije, ya un poco más despierta.

-¿Vas a entrar?-Preguntó.

-Sí.-Dije. Que esté en boxers no ayudaba para nada.

Mi mirada estaba fija en él y Lucas parecía no percatarse de nada. Me miró bruscamente y mis mejillas empezaron a arder de la vergüenza.

-¿Pasa algo?-Preguntó.

.

-N-o, n-nada.-Él rió.

-¿Ah, no?-Preguntó acercándose. Negué con la cabeza tildada en sus músculos.-¿Y por qué me mirás así?

Fijé mi mirada en el suelo, porque si me miraba así una vez más esto no iba a terminar bien.

Carraspeó.

-Porque quiero.-Terminé respondiendo. Acto seguido, me pegué mentalmente.

-Entonces, yo también puedo mirarte como quiera.

Negué sonriendo y salí del baño.

-¿No querías entrar?

-No, ya no.-Dije buscando mi ropa y aguantando la risa por la escena anterior.

Nos despertamos temprano porque hoy habíamos planeado ir a la casa de uno de los familiares de Ana, esperaba que al menos me den un indicio de dónde buscar.

En realidad, esos eran los únicos que quedaban. Sus tíos habían decido mudarse hace un año y sus abuelos paternos habían fallecido.

Me puse unos jeans rotos y un sweater azul y bajamos a desayunar. Después de comernos todo lo que había en el desayuno continental, decidimos salir del hotel. El día estaba helado, no sé cómo había pasado eso de la noche a la mañana, literalmente.

Empezamos a caminar hacia donde Google Maps nos guiaba.
Era la tercera vez que nos confundíamos de calle. ¿Por qué esta ciudad era tan grande y complicada?

Confía en mí (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora